Poema 500: Quinientos poemas

Quinientos poemas

¿A un día de verano compararte?

William Shakespeare

Siete años y medio de poemas,

mil quinientas fotografías, algunas ya perdidas,

la pandemia en la mediana del tiempo.

Un puñado de lectores

–amplificado puntualmente–

apenas repercusión en mi vida diaria.

Un proyecto que era un juego

del que me siento muy satisfecho,

forma libre de expresión, huella futura.

Una forma de narrar el mundo, mi mundo,

los mundos a los que accedo,

una forma de mirar todo lo que me rodea.

Fructíferos momentos, estados de ánimo,

deporte, lecturas, ideas,

la clasificación temática pendiente de hacer.

Un espejo más, un reflejo, emociones,

instantes de mucho placer lector, escritor,

fórmula mágica del equilibrio cotidiano.

Periodos de sequía y otros de aventura continua,

la nada de cada día y el todo de un amanecer,

cielos, amistad, arte, la cúpula de gran belleza.

Hay una sombra de otros poetas,

de estados de ánimo y de conversaciones profundas,

madurez del pensamiento aún joven.

Quinientos poemas es un hito festejable

en medio de un mundo convulso,

una luz en mi ánimo, una sonrisa.

Poema 489: Aprendiz de poeta

Aprendiz de poeta

Entonces, de repente, se abrieron los recuerdos

y accedí a mi vida pasada,

a quién era y cómo me comportaba,

al acomplejado y taciturno, siempre testigo,

narrador exagerado y fiel solo en la esencia:

aprendiz de poeta.

Los rostros han cambiado, pero no la voz,

la risa tras las palabras banales de él,

el tono profesoral de ella, tan Rotenmeyer,

ese orden de su universo en equilibrio dinámico.

Aprendí a canalizar y transformar,

a enriquecer cada una de mis experiencias,

a darle una voz precisa y elocuente y también épica

hasta que fui moderado por las safos del veintiuno.

Aprendo cada día y abro y cierro la puerta del recuerdo,

no siempre contento, no siempre satisfecho.

Poema 464: El lento amanecer

El lento amanecer

Un día a la semana, –los viernes–

me es dado contemplar el amanecer,

la lenta conversión de la luz,

violeta, anaranjada, azul,

la magia tantas veces sentida,

el frescor en medio de este veranillo.

Acontece en mi interior.

Paso semanas rutinarias, oscuras,

un peso en medio de mi equilibrio,

dados que se lanzan para decidir

cada pequeño acto, ya montaña,

bifurcaciones inevitables y consuetudinarias.

Amanece tras un abrazo,

o una espiritualidad en forma de mensaje,

lento, emocionante, lágrimas y renacimiento.

Se consolida el día en una cópula de luz,

vibrante, calurosa, cariñosa,

el apego a la vida,

el ansia desmesurada de disfrutar hoy, ahora.

La piel absorbe la luz como absorbe los besos,

siente la emoción primigenia,

guarda un impactante silencio.

El juego lumínico y la voz en directo

que susurra Moon River con una guitarra,

acaban de inaugurar la hermosura del día.

Poema 397: Final del verano

Fin del verano

Los días se vuelven poderosos,

más allá del riesgo del vacío existencial,

hay vetas, filones, hilos marcados

llenos de brillo y promesas,

converges bajo una nube protectora

y de allí salen hipótesis, consejos, ideas.

Y de repente una lectura se vuelve procedente,

e imprescindible,

las conexiones gigabyticas se incrementan,

y ese juego de actividad mental

se convierte en trampantojo del silencio.

Has transitado por senderos ancestrales,

te has bañado en el mar Cantábrico,

has volado por la cuenca danubiana en bicicleta,

has conocido personas con cierta aura personal,

y vuelves a la sede dinámica y protectora.

Asientas cada día tus equilibrios personales,

improvisas, enfocas, sostienes,

un entramado de detalles preciosos,

de búsquedas incesantes, de aprendizaje,

cara vista u oculta, serenidad.

Nada te pertenece, ni el tiempo, ni los libros,

ni siquiera el dominio de ti mismo;

evalúas el límite entre la dicha y el vacío,

entre la soledad buscada y la ausencia de energía.

Un viento fresco o una luz en el ocaso,

toda la belleza fundida en un abrazo infantil,

en palabras con tenue pronunciación,

en ideas a corto plazo, incapaz de ver más allá.

Poema 382: Abundancia

Abundancia

Abundancia, comida, libros, noticias, estímulos,

haga lo que haga no tendré tiempo para todo,

el polvo se posará mansamente en capas

sobre los libros no leídos para mostrarme

mi infinita insignificancia.

Y sin embargo no me detengo, degusto poemas

uno a uno, dos a dos, cada día,

sigo escrutando con mirada poética el árbol viejo,

los restos que dejó la tormenta tan aparatosa,

el deambular brillante hacia el quiosco

de quienes han madrugado un domingo de mayo.

Vibra la ventana al paso de los motores de explosión,

surgen nuevas grúas en el horizonte constructor,

todo el mundo parece ajetreado

quizás para ignorar las llamadas de auxilio de su conciencia.

Llegan imágenes terribles de la guerra,

un videojuego ajeno que me perturba un instante

antes de conectar la radio para constatar la estulticia

de los comentaristas deportivos.

El mundo es un juego de equilibrios mentales,

un ajuste de cuentas continuo contigo mismo,

una suma de discontinuidades: palabras, gestos,

la complicidad de tus iguales, a veces compasivos.

El sueño de algunos deviene en arte

y en activación de resortes placenteros,

en trabajo y en ocio, en lecturas optimistas de la realidad.

La abundancia aquí será un agujero de carestía en otra parte,

o quizás sea solo una ilusión temporal

que no todo el mundo está dispuesto a reconocer.

Poema 338: PRAE

PRAE

En un cierto momento, todos los equilibrios

pueden desmoronarse

por la caída de una hoja seca del árbol.

Y esa luz, ese filtro entre nubes

que llevan toda la tarde soltando agua,

esa luz puede quemar las pupilas sin brillo.

Los niños juegan divertidos con los cangrejos

atrapados en el canal;

hay fruta didáctica que se resiste a madurar,

plantas aromáticas exhalando su perfume tras la lluvia.

Allí has hecho fotos magníficas, irrepetibles,

ahora caminas indeciso y desnudo sin una cámara,

incapaz de fijar la vista en cada detalle,

consciente de que tu propio ánimo

construye la visión de la naturaleza

la vuelve anodina o fascinante,

consciente de que caminas por inercia

cuando cada paso que das es una maravilla mecánica.

Cae el agua de un riachuelo artificial

en este pequeño paraíso, oasis urbano,

con una sonoridad relajante.

Pequeños animales y plantas sostienen

un equilibrio inesperado

en un lugar fuera del mundo mercantilista.

Poema 322: Lejano

Lejano

Todo parece muy lejano en este final de abril,

el inadvertido quinto centenario comunero,

aquel día de ilusión en la cola de vacunación,

las primeras páginas del enorme libro que leo.

Ha pasado un año de bruma pandémica,

la naturaleza brota con mucha fuerza otra vez,

hay de nuevo grúas en cualquier horizonte urbano,

pero aún todo termina a las diez.

El terreno de juego ya no es presencial

y el miedo se va disipando en las mascarillas,

en cifras ya asumidas en su enormidad,

en una cierta esperanza que no parece completa.

La magia puede observarse en cualquier acto cotidiano,

basta con evocar los meses pasados,

o elevar la vista a los cielos que tanto miramos,

para sentir el contraste de una vitalidad en ebullición.

Lejos quedan piscinas, aplausos, carreras deportivas,

el contacto físico de un partido de futbito,

el vapor en las duchas comunales tras el esfuerzo,

aquella sala de cine a reventar en un estreno.

Más lejos aún quedan pequeños olvidos,

lastre necesario con que equilibrar los límites invisibles,

en una reeducación vital lenta, consistente y necesaria,

la forma básica de sumergirte en la esencia del presente.

Poema 170: Politics

Politics:

the art or science of governmentIMG_20180419_175807

 

Engaño y ocultación, también parapeto,

voces de minúsculos insectos escaladores,

elevados al poder sin sustancia:

fidelidad, asunción de decisiones,

lealtad al rango jerárquico superior.

 

Grandes empresas sostienen la estructura

productiva, consideran las larvas mecánicas

de su propiedad, equilibrios favorables

mantienen el sistema increíble,

ocio banal, levedad de voces eruditas.

 

Pueden defender un hecho y su contrario,

enviar a los perros avanzadilla y luego retirarlos

ante el exceso de teatralidad al descubierto,

burdas excusas, el Sistema idiota, el Sistema.

 

Control y medida, años de Derecho e Historia

Política para sustentar los cargos,

para liberarlos de la presión social revolucionaria,

vías de escape, catarsis públicas controladas

para ocultar el poder de la sombra monetaria.

 

Nadie que grite estas verdades tiene posibilidad,

pantomima apenas tolerada por sus iguales

adoctrinados en el Camino y la Verdad,

la condición humana tan variable y corrompible,

pequeños instantes de lucidez política.

IMG_20180409_191922

 

 

 

Poema 44: Escaleras

EscalerasIMG_20150709_115029
La voz no me precede,
es el pensamiento.
Insisto en el arte de mirar,
el aire fresco de la mañana
en el que flota aún una conversación
nocturna, ya desvaída, ya inutil.
La golondrina agazapada en el palo,
hipnotizada por la pared recién encalada,
el deseo sesteando en la planicie
de rastrojos desdibujados por la calima.
Cae la gota una y otra vez; no la detengo,
árboles, más árboles, la tierra explotada
parece rejuvenecer: el lecho arenoso de un río,
hojas hijas del árbol, polvo en el viento fértil,
humus. Aquí existió un pueblo, construcciones,
llantos, coitos, oraciones, latrocinios.
No hay paz, ni gloria, sólo ascenso, aprendizaje.
La pluma del ave permanece, el presente se extiende
como una meseta entre dos ríos. Una grieta
desciende hacia el valle, hay una vista magnífica,
sin embargo las laderas están horadadas por miles
de conejos simpáticos, una enfermedad desconocida
seca los almendros. Unos cuervos de enorme
envergadura, trenzan las trayectorias de mi vista:
mi cultura cinematográfica salta de un hemisferio
a otro, miedo y belleza, el vuelo rasante de fortísimas
alas batidas: confío equivocadamente en mi mente.
Estoy acercándome al centro fútil de mí ser,
buceo a ras de suelo con fuerza en las brazadas,
soy el águila inmóvil posada en la señal verde
de cambio de provincia, dios de días felices,
demonio degustador de todos los placeres:
recito al viento abrasador de cara la letanía
inacabable, el relato rememorado, reconstruido
de mis vicisitudes humanas, las voces prohibidas,
las ocultas, fragmentos aprendidos en otros ojos,
elaboraciones hiperbólicas, un mundo inexistente.
Recito con voracidad, apenas me detengo a leer
las señales, los signos, la suma de voces que me
otorgan mi voz, la presencia excelsa y hermosa
que me sostiene en equilibrio: altura de vértigo,
inocencia recuperada, mirada penetrante al mundo,
impotente ante tanta maldad mentecata o inteligente.
Al final del pasillo de las incontables puertas,
aparezco. Esta vez sí. No es el sueño perturbador,
es mi destino centrípeto, ascendente, deseo recuperado,
ansia y fin y penumbra de luz velada, consciencia
de este presente elongado en un verde rutilante.

IMG_20150708_222841