Corren tiempos que vuelan

Corren tiempos que vuelan,

verdean las hojas,

feminismo a flor de piel

en lecturas con poso reflexivo instantáneo.

Justificaciones varias en asuntos banales,

ir quitándonos cosas de encima

muy placenteras o a veces no tanto

como quien sella o firma automáticamente:

un concierto excepcional o una comida deliciosa,

una compañía en un instante que no volverá,

la intensidad que solo aparece un momento

y se disipa por pura avaricia de los sentidos

o por el pragmatismo de aprovechar los recursos

con el mínimo esfuerzo posible.

La secuencia de los patos en un estanque turbio

es una metáfora de la fascinación

de cualquier detalle cuando se potencia

cuando hay una suma de fuerzas mentales.

Somos débiles en una sociedad encarrilada

por siglos de costumbres y de imposiciones

de fuerza muscular y colectiva.

La palabra y el pensamiento son difíciles de encajar

en discursos rítmicos y simples,

en formas destructoras de toda inteligencia sutil.

La primavera frondosa por la lluvia

dejará paso a un calor insoportable y a una sequía

en la que la memoria impondrá su peso agónico.

Solo una comunión de pensamiento y sentimiento

crea una burbuja de luz y de placer emocional,

lector, observador, analista,

una escala helicoidal y compleja

por la que acceder a una luz única y preciosa.

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