Poema 513: Corren tiempos que vuelan

Corren tiempos que vuelan

Corren tiempos que vuelan,

verdean las hojas,

feminismo a flor de piel

en lecturas con poso reflexivo instantáneo.

Justificaciones varias en asuntos banales,

ir quitándonos cosas de encima

muy placenteras o a veces no tanto

como quien sella o firma automáticamente:

un concierto excepcional o una comida deliciosa,

una compañía en un instante que no volverá,

la intensidad que solo aparece un momento

y se disipa por pura avaricia de los sentidos

o por el pragmatismo de aprovechar los recursos

con el mínimo esfuerzo posible.

La secuencia de los patos en un estanque turbio

es una metáfora de la fascinación

de cualquier detalle cuando se potencia

cuando hay una suma de fuerzas mentales.

Somos débiles en una sociedad encarrilada

por siglos de costumbres y de imposiciones

de fuerza muscular y colectiva.

La palabra y el pensamiento son difíciles de encajar

en discursos rítmicos y simples,

en formas destructoras de toda inteligencia sutil.

La primavera frondosa por la lluvia

dejará paso a un calor insoportable y a una sequía

en la que la memoria impondrá su peso agónico.

Solo una comunión de pensamiento y sentimiento

crea una burbuja de luz y de placer emocional,

lector, observador, analista,

una escala helicoidal y compleja

por la que acceder a una luz única y preciosa.

Poema 491: Zorra, Vulpes, feminismo

Zorra, Vulpes, feminismo

Y aunque me esté comiendo el mundo
no se valora ni un segundo.
De la canción Zorra de Mery Bas y Mark Dasousa

Hay alegría y hay euforia desatada,

un ritmo pegadizo que puede ser un himno,

una letra afinada o no tanto

que visualiza la polarización de un país

la tolerancia y la extravagancia,

un juego poético y visual,

una performance moderna y llamativa.

Hay símbolos, mensajes ocultos,

idiosincrasia y mucho humor,

un desengrasante necesario

tras toda la carcunda acumulada en decenios.

Libertad y sensación de poder en la vocalista,

la reivindicación de la edad y la fama,

y el salto a la esfera pública del placer:

voy a pasármelo bien.

Honra y discriminación diferencial en sexos,

la reivindicación de la igualdad,

del empoderamiento y el respeto máximo,

con históricas referencias a la lapidación,

a la fama y a la autoafirmación femenina.

Una visualización aún necesaria,

la vitalidad de Mery Bas llevada en volandas

por una juventud disfrutona y concienciada.

Poema 471: Don Juan Tenorio

Don Juan Tenorio

Don Juan es un lugar común desde Mozart a Zorrilla,

música cantada y dicción rimada,

la banalidad del mal literaria,

una actividad cíclica en el día de las ánimas.

En esta ciudad aparece sin falta

cuando el otoño, de noviembre se disfraza,

viento fresco, desapacible lluvia,

otros años persistente bruma.

Zorrilla aquí reina a sus anchas:

teatro, paseo, plaza, estadio, estatua,

incluso una casa natal recreada.

El zoom cinematográfico enfoca la escena,

carnaval, la cabeza afeitada,

el jolgorio de una ciudad licenciosa

llenas las calles de espadas y campanas.

Don Juan ejerce su violencia exaltada,

un actor intenso de buen porte y fachada,

enfrenta, exaspera, apuesta y gana;

enamora y besa y a veces dispara.

Nada puede el honor, ni la amistad trabada,

nada la familia ni la sangre amada

ante la violencia y la maldad desatada.

Doña Inés carece de entidad y de armas,

protegida y engañada:

–¡Qué pava!–, dice mi vecina cercana.

No hay feminismo en Zorrilla, solo violencia arcana.

La obra ha sido levemente actualizada:

una guitarra, un coro de risa alborozada,

una voz, un filtro, una pantalla,

el intenso drama con piadosa compaña.

Me maravillo de la emoción suscitada

en la excelsa escena final ansiada:

Inés petrificada llena de fuerza y gracia

domina al averno con su palabra.

Poema 459: #Se acabó

#Se acabó

Vergüenza y desilusión momentánea,

en las formas, en las ideas y el fondo,

ese que él no ha sido capaz aún de comprender,

testosterona alta de machos enaltecidos,

las formas más burdas de dominación.

–Yo soy un dios y me debéis vuestras ofrendas–

La culpa es de ella que me provocó,

los hechos se han tergiversado de forma idiota,

en mi reinado omnímodo esto es una nimiedad.

El mecanismo de la destitución está en marcha.

La reputación del individuo alcanza el nivel cero

mientras renueva y dispensa prebendas a sus palmeros.

Me agarro mis caprichos, que valen una fortuna,

la que cobro cada mes a razón de dos mil euros diarios.

Si hubiera suerte, arrastraría tras de sí toda la estructura,

la que durante años ha taponado la igualdad

que hoy se filtra entre los dedos en adhesiones.

La inteligencia social dice que esto es un avance,

una catarsis de las masas, una indignación colectiva,

el paradigma de un cambio estructural,

un salto cuántico en la percepción de la desigualdad.

Optimista, no me cabe duda de la conversión masiva,

esa pequeña luz feminista que se enciende y todo se ilumina.

Crece el enojo y aumentan la solidaridad explícita,

mientras se hace visible la cobarde cortedad

de quienes, pudiendo ser faro y guía, guardan silencio.

El fútbol era el último gran reducto del atavismo machista,

va a ser revisado hasta el más recóndito rincón;

ansiamos y esperamos el cambio de las estructuras,

el modelo para niñas y niños,

la ejemplar sanción al patriarcado ignorante,

el triunfo de la igualdad tanto tiempo añorada.

Poema 447: La delicadeza

La delicadeza

Arrojan a la basura todo lo conquistado,

pacientemente conquistado.

La destrucción no es sutil,

como no es sutil la fuerza física

o la opresión de una masa enardecida

por apelaciones reptilianas.

Las palabras,

conceptos que significan voluntad,

consentimiento, aspiración legítima y ética

a la igualdad real.

–Siempre ha sido así–, dirán encumbrados,

elevada su miseria intelectual por el auge del grito.

Delicados razonamientos, medidas, impulso ecuánime,

todo mezclado en una bola de papel

que se cubrirá con sangre animal, –ancestral–,

dirán amparados por una falsa perspectiva histórica.

Borran palabras incómodas, llenas de matices:

patriarcado, machismo, sumisión,

en aras de un status quo marcial,

lleno de testosterona.

Permanecen, dada su incapacidad,

incumpliendo sus propias promesas anacrónicas,

anuncios y desmentidos, vergüenza ajena,

verdadero obstáculo social, ralentización, en suma,

a las necesarias políticas públicas educativas.

Una pareja sentada en un banco detrás de la iglesia

desgrana confiadamente la delicadeza,

la voluntad y la evolución de su propio pensamiento.

Poema 429: La Guerra

La guerra

La mañana de escarcha y helada

se ve perturbada por los misiles radiofónicos,

ondas de la judicatura y la política,

humanos enfebrecidos en su razón supremacista,

ruido y bombas sobre las ruinas

pacientemente reconstruidas y veladas

sin contraataque posible:

destruid sin piedad que llegaremos nosotros,

todo lo reconstruiremos

por un módico precio, unas ayudas

y la ganancia de tu trabajo peón.

Divide a las hordas femeninas,

se ha hecho toda la vida, que no se unan,

tenemos a algunas de nuestra parte,

gritan sotovoce los gurús tóxicos embriagados

de los gritos guturales grupales masculinos,

clubes y sociedades,

cofradías y consejos de administración.

Devastación, liquidación de la disidencia,

los más brutos y torpes en primera línea,

incapaces de jugar a la ocultación del plan,

marionetas irracionales con armas bárbaras,

al gran guerrero avant garde

no se le puede pedir además discreción e inteligencia.

Disparan las francotiradoras, guerrilleras incansables,

a veces se disparan entre facciones afines,

no está bien considerada la tibieza, es la guerra,

hiere la palabra cuando hiende en el sistema:

pequeños drones tratan de encapsular ideas,

argumentos, voces de asalto.

Las batallas se libran en podcasts y en pasquines,

en manifestaciones duramente reprimidas

por las hordas mediáticas,

ojalá que venza la inteligencia equitativa,

la luz del pensamiento y la concordia igualitaria.

Poema 413: Vergüenza / Suma

Vergüenza / Suma

El árbol mágico ha dejado de serlo,

no protege, ni apacigua,

ya no posee la belleza noble e impávida,

muestra una decrepitud fuera de moda.

Las palabras y los gestos.

Los gestos son obscenos e impúdicos,

cuando hablan al mundo

son muñecos maquiavélicos,

títeres excitados desde púlpitos públicos.

Siembran cizaña y añoran la servidumbre.

Hay miles de ramas fractales,

enérgicas y firmes sumando otro árbol,

lógica y pensamiento positivo aliados,

invencibles, cargadas de razón.

Visten corbatas uniformes, fútiles.

Construyen, dignifican, estudian,

sus hojas iluminan el futuro, el arte,

todas las artes protectoras

ante la violencia inútil y estridente.

Violencia silente, apagón, falacias.

Hacen política, pelean cada paso,

firmes, debaten los detalles, negocian

son un clamor, un frente violeta,

fuerza, palabra, inteligencia.

Poema 242: Vuelta a la vida

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Tras la medianoche, las figuras del Nacimiento se estiran,

los soldados romanos del castillo que giran sin parar

se acuclillan para desentumecer las rodillas,

todos tienen sed.

 

En la cueva, el buey y la mula se levantan

como si fueran recién nacidos, inseguros

agotados de tantas miradas humanas,

hace frío y necesitan su dosis diaria de grano y paja.

 

El niño no para de llorar, María abre su seno

para darle la teta al recién nacido,

José no sabe dónde mirar y turbado

se apresta a renovar la paja del pesebre.

 

El caganet puede al fin abandonar su postura

tan deshonrosa, se sube los pantalones con calma

y mira alrededor para ver si alguien le ha visto;

aliviado regresa al calor de la hoguera hogareña.

 

La panadera reparte sus deliciosos panecillos,

el herrero observa sus bíceps tras el golpeteo continuo,

las mujeres se reúnen en la taberna para empoderarse,

es el sino de los tiempos en este paisaje idílico.

 

La diseñadora del belén ha conseguido colocar

a dos mujeres soldado en la puerta de la fortaleza;

dudó también si sustituir al Mesías por una hermosa niña,

no vaciló sin embargo con las Reinas Magas de Oriente.

 

En la cara oculta del escenario, en las casas del fondo,

en los arrabales y detrás de las montañas,

hay escenas no aptas para menores:

bacanales, orgías y afters son solo ínfimos ejemplos.

 

Una pareja de romanos se afana en un contrafuerte,

dos mujeres okupas se comen a besos en una buhardilla,

hay una ceremonia de fertilidad en una gruta escondida,

la suma sacerdotisa entra en trance antes del acoplamiento.

 

Nada es lo que parece, la humanidad ocupa todo el espacio,

quizás nadie aprecia la actualización narrativa,

o la escena escondida al final de la calle,

todo está permitido en este escenario idealizado por ella.

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Poema 171: Miedo y violencia

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Una violencia innata, natural y abusiva:

dos patos en la orilla del río

someten con sus picos a una hembra,

una escena sexual terrible

en un día negro para cualquier feminista.

 

La rueda pesada del patriarcado

apisona cuanto encuentra a su paso,

ignora e interpreta,

estira la ley como una goma elástica

hasta deformar su objeto último.

 

Una lluvia social, una marea imparable

ese es el auténtico cambio

aún no acaecido en los políticos

ni en las listas machistas de los partidos,

gritos, consignas y pancartas ya visibles.

 

He sentido asco y rabia,

miedo ya desterrado y actitudes ufanas

de fulanos envalentonados;

tibias reacciones legisladoras,

y poco a poco el ruido de la revolución.

 

Es un tiempo de revisión histórica y social,

de preguntas y búsqueda

de solidaridad y cohesión liberadora,

de protesta y fuerza y voces

en aras de un mundo igualitario.

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Poema 95: Personaje feminista en busca de relato

Personaje feminista en busca de relato img_20161104_160458

Miasmas, escorrentías, llueve

hojitas amarillas bajo el árbol mágico,

se ha renovado el aire

y el personaje crece y busca su salida.


Rueda como una bola de nieve,

se enriquece, absorbe aquí y allá,

se nutre de cada conversación

de cada idea filtrada por la razón.


Ella tendrá su visión del mundo,

sus expectativas, sus miedos,

caminará sola sufriendo miradas

machistas humillantes.


Despreciará la cómoda insensibilidad

ignorante o la tolerancia pasiva

de sus congéneres, luchará por su libertad

social y su idea de sí misma.


Deseará y será deseada en igualdad,

leerá e investigará los motivos seculares

de su yugo religioso y comunitario,

florecerá su sexualidad sin límites.


Ella continúa definiéndose cada hora,

en paralelo decenas de relatos la rozan

o llaman con insistencia: amante, asesina,

guardiana o directora de orquesta.


Llueve, todo se renueva, el peso

de las hojas de los árboles es incalculable,

camino sin paraguas, sostenido por la imagen

de mi personaje en busca de su relato.

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