Poema 476: Grabando cantos de ranas

Grabando cantos de ranas

La mañana comenzó en Alcalá 31

aunque ya había desayunado unos churros

y me había acercado a los leones del congreso.

Tenía prisa por ver los cuadros de Monet,

pero me quedé en las ranas.

La repetición, el color y los cuadros dentro del cuadro,

una voz lejana en tierra de ríos vio saltar las ranas

y se apropió del lienzo.

Imaginé el vestíbulo de un gran banco antes de las pinturas,

ejecutivos trajeados en las escaleras laterales,

murmullos de compraventa, el gris de cada día,

tan alejados de la obra de arte.

Ahora, de forma hipnótica, mi vista se iba a las ranas,

al enorme formato en el que la perspectiva se pierde.

Solo para mí.

Podía deambular entre los batracios, alejarme o acercarme,

entender las formas rectangulares como televisores,

visualizar un grafo y sus conexiones.

El teléfono me hizo volver a la realidad del cielo madrileño

en la festividad de la Inmaculada Concepción.

Poema 318: Una palabra extraña comienza la historia

Una palabra extraña comienza la historia

Puede ser una planta exótica

o una estrella de la que no habías oído hablar,

o el nombre en clave de un puerto pirata,

quizás la maldición de un dios antiguo.

Tendrá un color dependiendo de sus vocales,

un sonido cercano a tu habla

una forma en la lengua que la moldeará.

Si fuera una estrella, sería un punto fijo

una guía para marinos o caravanas,

un divertimento en la noche de perseidas.

Si una planta, podría ser carnívora

o bien desecada un bebedizo, filtro amoroso,

pócima o elixir de una cierta juventud.

El puerto pirata sería un lugar aleatorio

en el que la muerte o la vida se jugarían a los dados,

una tierra efímera y efervescente.

El dios, me lleva a Egipto, de nuevo a la arena

de un desierto que tuesta la tez,

levanta tormentas de arena que ocultan la momia.

Las palabras moldean el mundo,

lo visten e iluminan, dan sentido a la vida,

o forman nubes y neblinas, lo oscurecen

a la espera de un viento suave y húmedo,

cálido y marino que despeje toda la tensión,

y resucite esperanza e ilusión del azul celeste.

Poema 294: Estampas otoñales

Estampas otoñales

Los cipreses que veo desde el coche

oscilan bajo el viento cual dinosaurios de Spielberg,

cuello largo de movimiento ondulante,

verdes herbívoros estirados para alcanzar comida arbórea.

Una matrícula HLK me hace decir Hulk,

obsesionado con palabras y películas;

el cerro en el que se asienta Parquesol

está oculto por unas nubes bajas, quizás niebla.

La otoñada a lo largo del río y los canales es magnífica,

toda la gama de ocres y amarillos

refulgentes por la lluvia y el viento,

hojas volanderas y una cierta decrepitud muy hermosa.

Las mazorcas de maíz están guarecidas en sus fundas,

son un tesoro amarillo en medio de una masa

de un color indefinido y deslavazado,

acaso ves a los niños perdiéndose dentro del campo infinito.

Imaginas violines o el saxo de Kenny G

en medio del temporal al que esta vez han llamado Bárbara,

la música ordena el ritmo aleatorio del movimiento,

hace que la naturaleza parezca rítmica en sus fases.

En la conjunción de los dos ríos caudalosos, Duero y Pisuerga,

observas el ángulo de incidencia y el caudal,

cautivado por la belleza y el sonido de la pesquera,

por la luz descompuesta en una gradación indescriptible del color.

Poema 278: Un día idílico

Un día idílico 

Acontece que todo lo quieres realizar,

el agua pura y cristalina

la marea baja y el fondo arenoso

verde, verde, verde de toda tonalidad,

cuerpos desnudos,

ansia de aire, luz, sol,

capturas fotografías sin medida,

no haces prisioneros,

simulas libertad durante unos minutos,

un baño con prisa entre las algas al anochecer,

la mirada perpleja de los confinados,

el libro en el que posas los ojos

pero no procesas más allá de unas líneas,

todo es provisional y nada te pertenece,

rozas la maravilla sin penetrar en ella.

Dulce día de julio,

sed de la ebriedad de la brisa,

de la mecánica del paseo y el olor

a ráfagas fugaces de polen y hierba de los prados,

arena y sal en la piel,

terapia y placer, 

el conocimiento y la pausa 

en días de madurez que evocan tu infancia.

Poema 271:Primavera con mascarilla

Primavera con mascarilla

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La naturaleza está desbordada,

mucho más de lo que se ve desde la ventana,

gatos y ocas reaccionan al movimiento

apretados por el hambre del confinamiento.

 

El olor de las flores, los almendrucos,

la humedad, ascienden desde un suelo

que parece virgen tras el descanso

de una cuarentena tan lluviosa.

 

Hay una alegría por algo tan cotidiano

como un paseo con los niños,

hay miedo y precaución,

todos cubiertos con mascarillas preventivas.

 

Unos restos ajados de lilas y el color

intenso de unas amapolas

redescubren los ojos sometidos a pantallas,

a luces artificiales en el hogar.

 

Somos seres anónimos hasta para los amigos:

no te detengas, no contamines,

no desperdicies la ventana temporal de tu paseo,

aprehende cada brizna de hierba en el camino.

 

Cada uno es su isla familiar, su entorno reducido,

los libros que ha leído y la música del confinamiento,

algunas canciones de resistencia,

y los aplausos a las ocho que ya van decreciendo.

 

El pinar huele a limpio y solo se escucha el ruido

de pájaros y corredores hollando los caminos;

enmascarados vuelven al hogar en embudo

a las diez en punto de la mañana conforme lo ordenado.

 

La vida se filtra, y se escapa y desborda por los pliegues

de un sistema que trata de ordenar el caos;

aún es pronto para saber si podremos mostrar

en primavera nuestro verdadero rostro.

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Poema 248: Los ojos de las gaviotas

Los ojos de las gaviotasIMG_6220

La gaviota se desliza sobre esa corriente

invisible de aire,

no deja apenas vórtice en el dulce planear,

aporta elegancia y una silueta esbelta,

y sobre todo despierta del deseo de volar.

 

Contemplas tú también tu mundo desde el aire,

protegido por una distancia prudente;

tan solo puedes elegir la corriente

para trazar círculos de observación diferentes,

zona de confort, asegurada la belleza y la duda.

 

La brisa marina cargada de yodo es un opiáceo

irresistible y cegador,

en estos días de sol y calma la vida parece sencilla,

solo algunos agudos gritos indican peligro

o la excitación creciente de una posible reproducción.

 

Tus percepciones están llenas de colores difíciles

de definir con precisión,

el espectro visible humano parece ser muy restringido,

alcanza apenas los cuatrocientos nanómetros

de una precisa longitud de onda, como ella insinuó.

 

Los ojos de las gaviotas son una incógnita

que trato de aprender en Wikipedia:

gotas de aceite rojas y amarillas en sus receptores de color,

percepción del espectro ultravioleta para el cortejo,

detección de los campos magnéticos en sus desplazamientos.

 

La sinestesia te orienta en caso de duda,

advierte de un peligro o te señala afinidades electivas,

más allá del plumaje ultravioleta, elabora una divinidad

en el centro de tu cerebro evolucionado:

azul reflejo del cénit o verde esmeralda perfectamente pulido.

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Poema 223: El color del mar

El color del marIMG_5169 (1)

El color del mar es una fotografía,

un sordo romper continuo de olas,

una conversación banal,

la silueta ambigua de una nube reflejada.

 

Los niños asoman su carácter,

pululan aquí y allá cual mariposa,

señalan, observan, destruyen,

ensayan sin pudor su vida futura.

 

El viaje expansivo se apodera de ti,

te atraviesa osmótico,

engulle tus preocupaciones cotidianas,

las pospone o relativiza sin pausa.

 

El color del mar da forma a la luz

que pueden absorber tus ojos cansados,

produce pequeños destellos mentales,

te recuerda tu aún conexa juventud.

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Poema 189: Hojas en la calle

Hojas en la calleIMG_20181107_090250

Las hojas estrelladas tras la lluvia

son una anormalidad en las calles asépticas,

el asfalto no tolera intrusos,

son cicatriz en un cuerpo desnudo,

color indescriptible en la vida gris.

 

El escape visual desata imágenes,

el color de las playas atestadas en movimiento,

un centro comercial abigarrado y ruidoso,

una desconexión ancestral con la tierra.

 

La costumbre de pulcritud cromática

hace llamar sordamente al barrendero,

al meteorólogo para que no permita la lluvia,

a convertir las frondas arbóreas en muñones.

 

Una invasión así de formas y humedad

puede llevar a éxtasis indeseados,

abrir las compuertas del sueño y el deseo,

despertar los sentidos abotargados,

desencadenar una revolución de masas.

 

Quizás haya regresiones a la infancia,

el deseo potente de chapotear en un charco,

miradas de nuevo atraídas por el color

o el potente caminar ensayado de una mujer

en el espejo infalible de los ojos de un hombre.

 

La locura colectiva se desatará en las calles

en un ensayo sobre la fealdad reinante:

¡Retiren con premura la materia orgánica,

devuelvan la neutralidad al asfalto anodino!

 

Los ojos de los viandantes seguirán sometidos

a los férreos patrones cuadriculados de las aceras,

al mobiliario urbano que apenas se despeina

cada día en un ejercicio de supremo inmovilismo.

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Poema 29: El color del invierno

   El color del invierno???????????????????????????????

El lémur atropellado en la carretera

parecía el cadáver de un niño.


No puedo mirar alrededor sin ver

los mismos pinos angustiados,

la trenzas de orugas que los habitan.


El invierno urbano, tiene color de invierno;

el verano también lo tendrá.


Me como una manzana con delectación;

sus restos aún sin marchitar me miran intensamente.


He adiestrado mi mirada para los instantes

fotografiables, para las ilusiones poéticas.


Ya no quepo en mi cuerpo, debería salir corriendo.


Tengo la mirada atrapada en el frío,

en los detalles excelsos del invierno.


En el verano, el bidón ya no estará encendido,

las aguas del río no serán turbias y marrones,

no estarán pelados los chopos de su ribera.


La planta helada con aspecto fractal,

será un recuerdo antiquísimo bajo el sol.


El cielo está siendo devorado por un pájaro azul,

mientras el hijo del lémur bebe la condensación

del aire lacerante, en la ciudad gris.


Solo las plantas municipales resisten a los verdugos-jardineros,

solo su color es el color del invierno.

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