Quinientos poemas
¿A un día de verano compararte?
William Shakespeare
Siete años y medio de poemas,
mil quinientas fotografías, algunas ya perdidas,
la pandemia en la mediana del tiempo.
Un puñado de lectores
–amplificado puntualmente–
apenas repercusión en mi vida diaria.
Un proyecto que era un juego
del que me siento muy satisfecho,
forma libre de expresión, huella futura.
Una forma de narrar el mundo, mi mundo,
los mundos a los que accedo,
una forma de mirar todo lo que me rodea.
Fructíferos momentos, estados de ánimo,
deporte, lecturas, ideas,
la clasificación temática pendiente de hacer.
Un espejo más, un reflejo, emociones,
instantes de mucho placer lector, escritor,
fórmula mágica del equilibrio cotidiano.
Periodos de sequía y otros de aventura continua,
la nada de cada día y el todo de un amanecer,
cielos, amistad, arte, la cúpula de gran belleza.
Hay una sombra de otros poetas,
de estados de ánimo y de conversaciones profundas,
madurez del pensamiento aún joven.
Quinientos poemas es un hito festejable
en medio de un mundo convulso,
una luz en mi ánimo, una sonrisa.