Poema 349: El Camino

El Camino

La lluvia resalta la belleza del otoño,

brillan las hojas,

las agujas marrones del pino

resurgen cobrizas en el suelo,

solo la música rivaliza en belleza

desde el interior del automóvil.

Cada mañana revisito mis obsesiones:

la fugaz visión del río y su cauce salvaje,

el bidón en el que arden maderas en el aserradero

antes blanco, y renovado y ya quemado,

la casita con columpios en medio del pinar,

lo que yo llamo, pretenciosamente, tierras altas,

unas glicinias que asoman por un balcón

igual y distinto a los otros en una fila de cuatro

casas iguales y distintas.

Millones de sinapsis se cruzan en mi cerebro

en medio de todos estos hitos observables:

una sentencia, una estadística, una noticia,

el enfoque y los minutos iniciales de la clase

que impartiré dentro de unos minutos.

El camino es un ritual presente cada día

una forma de estar en el mundo con la seguridad

de una cierta inmutabilidad mientras todo cambia;

anclajes de seguridad mientras sigo escalando.

Poema 185: Déjà vu

Déjà VuIMG_8374 (2)

No has visto nada, solo eres un aroma de luz

en un desierto calcáreo.

 

El blanco de tu vida amenaza los ojos

de otros viandantes.

 

Caminas con el paso fuerte del que posee salud,

solo renqueas en la intimidad de la noche.

 

Una luna aún espeluznante, amarilla profunda

hacedora de sombras, es cómplice del viento.

 

Sopla sobre el decorado, mas tú sostienes inmóvil

la pose de la artista desnuda en su kimono.

 

Las velas no proporcionan ya sombras dinámicas,

penumbra y goce.

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