Poema 512: Soledad

Soledad

El canto de los pájaros es indescifrable aún,

se llamarán, expondrán sus virtudes

como un pavo real que muestra su esplendor.

El mar, la marisma, una barca solitaria,

anclada en medio del fango

que deja la marea al descender en la bahía.

Camino por la acera de sol, tiendas y reclamos,

una cola de jóvenes esperando su turno

en un concepto comercial que no comprendo.

Velocidad de las nubes, transatlánticos blancos,

densidad incógnita salvo por el parte meteorológico,

hoy no lloverá, podré ver el sol entre las formas cambiantes.

Una casa abandonada, las plantas

fueron elegidas, cuidadas, observadas, contempladas,

quizás sobrevivan un tiempo, a otras miradas, a otra luz.

La elevación al meditar me convierte en un punto,

una sombra cenital, la irrelevancia de una hormiga,

intrascendencia suma entre anclajes sociales.

Belleza y esa tela de araña que has ido construyendo,

con la que te alimentas de unas páginas borrosas,

mientras compartes luz, reflexiones y evanescencia.

Poema 506: Marrakech

Marrakech

La Medina es un decorado de enormes proporciones;

figurantes profesionales regentan las miles de tiendas,

artesanías, restaurantes, atracciones turísticas,

te hacen soñar con un mundo onírico

en el que las serpientes bailan al son de las flautas.

Dicen que las cobras son sordas,

que se activan por el movimiento rítmico del tañedor,

un peligro de rango medio, equilibrio de amenazas,

baile de los púgiles en el cuadrilátero poético.

La lluvia caída produce reflejos amplificadores,

sonidos penetrantes en la gran plaza,

olores, movimientos en todas direcciones.

A la caída del sol, el muecín de Kutubía

lanza sus rezos desde el minarete espléndido,

apenas un dátil con agua para romper el ayuno,

una esterilla orientada de forma conveniente

sirve para entonar las plegarias salmódicas.

Los diversos zocos seducen al turista,

metales, madera, perfumes, especias,

un abanico infinito de posibilidades mercantiles,

la belleza oriental condensada en pocos kilómetros.

La ciudad es absorbida por esa plaza infinita,

por el tráfico caótico de motocicletas y automóviles,

por el teatro social que impone el Ramadán

y por el flujo turístico que se renueva sin fin.

Poema 501: Casa a medio hacer

Casa a medio hacer

La casa está a medio hacer,

un trampantojo, un monumento abierto,

colorido, sin parte de atrás,

está inclinada y fue un monumento al cine,

ese que entró en tantos proyectos

y continúa deslavazadamente a trompicones.

La ciudad de cine se desvanece,

nunca fue tal, –esa era mi tesis–,

la SEMINCI fue un oasis cultural en la dictadura,

un desgajarse de la Semana Santa,

una prolongación turística de honda religiosidad.

La escultura de Oppenheim está descuidada,

nadie reparó los plásticos de la base,

algunas piedras de desalmados han dejado secuelas,

necesitaría limpieza y restauración.

Detrás de los prunos floridos, la vista es magnífica,

alegra el ánimo en medio del bulevar,

es un Guggenheim a pequeña escala,

arte para sortear los grises días castellanos.

Poema 478: Bruma y desaparición

Bruma y desaparición

La niebla lo envuelve todo

convierte los haces de luz en cónicas imágenes

deja el paisaje tan desolado como las conciencias.

Los sonidos se amplifican,

hay un cierto aire de ficción, de espadas

de absurdos figurativos e imaginados.

Las ciudades del Tenorio resurgen en invierno,

se elevan, se desdibujan y se ensanchan

son urbes de cómic, imaginadas y borradas,

lugares que existieron durante unos instantes

-Saga/fuga de J.B.-, conciencia colectiva,

edificios distorsionados y emboscadas posibles.

Resuenan potentes los zapatos contra el pavimento,

noches elongadas desde el temprano crepúsculo

hasta un amanecer doloroso igual de oscuro.

Ciudad gótica en estos días prenavideños,

formas embozadas y ruidos multiplicados,

nadie acecha, pero todo se esconde

y de repente han pasado cuarenta años.

Cuarenta años antes hubo otra ciudad,

otras callejas y otras tascas,

otros elegantes transeúntes con capa y sombrero.

Hoy la niebla es un anacronismo medieval

en la que las conciencias ordenadas se extravían,

y el fuego de los hogares, ya inexistente

es recordado en las múltiples pantallas personales.

Poema 428: La Ciudad

La Ciudad

Ciudad sucia, deslavazada,

granito sobre el que se ocultan sombras,

figurantes de la urbe,

despojos humanos perseguidos.

Churretones, pises, el suelo poético hundido

por el peso del tráfico,

sin apenas mobiliario urbano donde sentarse.

Ruido y obra permanente,

un templo del neoliberalismo salvaje.

Algunas florecillas como reclamo:

un musical, una exposición culta,

restaurantes temáticos,

lugares donde monetizar al turista.

Se reúnen cinco jóvenes ciclistas:

son repartidores alegres al lado de Ópera,

sobreviven en esta jungla,

saltan de liana en liana y sonríen

listan sus cuitas y sus rutas de servicio

para no terminar siendo sombras.

La policía a caballo es un reclamo turístico:

largas porras, enormes animales,

el suelo rugoso retumba bajo las herraduras.

Artistas de tercera fila son desplazados,

la cultura vive en otros barrios, exiliada,

más allá del anillo contaminado.

Franquicias y mercados ocultan

pequeñas librerías amistosas,

lugares en los que se reúnen los desterrados,

un submundo oculto a la vista basta,

a los movimientos salvajes crematísticos.

La vida renace en los intersticios del granito,

de las losas sepulcrales de la ciudad:

entre el ruido de las taladradoras

se eleva un Nessun Dorma tenor

en el corazón mismo de la Puerta del Sol.

Poema 414: La llegada del invierno

La llegada del invierno

La lluvia se apropia del otoño,

deja los parques sembrados de hojas,

una pátina neblinosa por doquier.

Es tiempo icónico de fotografías,

de luces navideñas irreales,

de hordas de caminantes bajo ellas.

Añoramos la lumbre, el fuego,

la fuerza desbordante de la noche

cálida de otras estaciones.

Los sistemas inmunitarios se adaptan

con cierta dificultad al frío,

a virus veloces de trasmisión desmedida.

Ese edificio en construcción me sobrevivirá,

a mí y a mis descendientes,

es un símbolo de permanencia estacional.

En pocos años,

han cerrado comercios emblemáticos

la cara vista de la ciudad se transforma.

Melancolía y añoranza de juventud,

de tiempos irreales, ya solo recordados,

mitificados, envueltos en la niebla del otoño.

Quizás en este pliegue del espacio-tiempo

se ha producido una aceleración imprevista,

algo que solo sienten los poetas y los pájaros.

Poema 363: Hastío

Hastío

En el hastío hay silencio

una nota de música es una gota de color

rojo en medio de una niebla pucelana,

el canto de un pájaro simultáneo

en los oídos cómplices de una pareja.

Respiras el aire filtrado de la ciudad

caminas y caminas, estación, cuarteles abandonados

tal vez te aventuras por la antigua judería

una hermosa casa muy simple

rodeada de toda la ciudad.

Ha dejado de interesarte el poema que lees

por una conversación en una mesa ajena,

qué crítica mordaz a la familia

cuánto desprecio en las palabras comadreadas,

un desahogo en medio de la nada.

Hay un rumbo débil hacia el que te diriges

dando rodeos, siguiendo hilos torpes

deslavazados, incompletos:

te detienes a comprar algo de comida

en el más triste de los supermercados vacíos.

Una ventana con luz y sin cortinas

es un acontecimiento que ilumina la tarde,

el libro al que te aferras te ancla al mundo

como si en él habitara el mejor de los regalos

y tal vez sí: la melodía agotada de una vida plena.

A la luz del día, ha desaparecido el árbol

que tanto te gustaba,

las máquinas, grúas, camiones, escriben sus rutinas,

caminos y tareas grises sin alma ni música ni olor,

solo en tus ojos cobra vida la trasparencia mundana.

Poema 298: Los ejecutivos viajan en moto

Los ejecutivos viajan en moto

Los ejecutivos viajan en moto

a la conquista del espacio urbano.

Tengo una imagen efímera de mí mismo

tomando un verdejo

en la terraza de una calle peatonal.

Otro recuerdo del último día

en que compré un libro.

Solo una mujer puede fotografiar

mujeres desnudas (aunque sean fotos estupendas)

(aunque posen seriamente, sin erotismo aparente).

Las mujeres hermosas se abrigan y ocultan

su sonrisa bajo la mascarilla.

Nunca observé tantas frentes eróticas.

Patinetes eléctricos circulan

cuál saetas que cortan el aire frío de noviembre.

La normalidad soy yo.

Al atravesar el río recordé el poema titulado:

Debería pasar cada día por aquí.

Era otro río y otra estación, pero el flujo de la corriente

y estar suspendido en medio del cauce asociaron las ideas.

Los adictos a la barra del bar sostienen vasos con café

en una mano,

despojan al cigarrillo de su esplendor con la otra.

El mundo nuevo se sustenta en una catedral de luces navideñas,

en aproximarte de nuevo al pequeño comercio.

Un libro nuevo en mis manos es el tesoro de mi sonrisa.

Poema 204: Noctem

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Cae la tarde y llueve.

No es verdad que llueva,

puedo visualizar esa lluvia

pero hoy ha hecho una tarde espléndida

y el ocaso es lento y sereno,

desgrana naranjas sobre los tirantes del puente,

hiela el rostro de los ciclistas que regresan

de esos caminos de la tarde.

 

No llueve, no hay lágrimas,

las oculta el deseo y el verbo,

las luces de los coches restringidos

por la contaminación invisible,

hacen vibrar levemente los cristales.

 

Desde mi atalaya en penumbra

atisbo peatones de invierno,

aves sueltas en la curva del Pisuerga,

quietud de la ciudad que se dispone

a la fiesta del sábado noche.

 

Lloverá y los reflejos de los semáforos

en el asfalto producirán destellos,

encogidos los transeúntes caminaran erráticos,

las palabras llevarán el ritmo de la lluvia

y se escuchará el cántico de árboles

alimentándose del agua celeste.

 

La ciudad se abre a la noche,

enciende sus luces, se enniebla

se traviste de gasa y rocío

cierra a cal y canto sus calles

a la música atronadora de locales subterráneos.

 

No hay lluvia ni viento, ni las nubes caprichosas,

es la noche de los focos y el alcohol,

de cuerpos girando en busca de trance,

permuta de noche por día,

destellos de verdad y de dolor,

la soledad interior de quien se despoja de todo.

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