
Rebelión
No parece la misma materia,
ni la misma vida.
Corre otra sangre más atrevida,
agresiva, palabras que destilan odio,
amenaza a una cámara que podría matarlo.
Cuando disparas, puedes ser alcanzado,
y sin embargo no me creo nada,
pequeños vídeos caseros, información sesgada,
minúsculas perlas controladas
que se abren y esparcen su esencia
como si fuera un videojuego o una simulación.
La vida de los soldados hiperequipados
es solo un trasunto de película,
una construcción mental.
La poesía alcanza suavemente las cabezas,
cual pluma que se balancea
en un descenso gravitatorio inesperado.
Drones, y amigos y enemigos cambiantes:
nadie está a salvo,
los supervivientes son producto del azar.
La selección natural elimina a los agresivos
o los enreda y dispersa.
Tras las explosiones lejanas en apariencia,
se inicia la música, una canción
cuya letra se adaptará al lugar y la circunstancia.
El campo de batalla es una pantalla
y la desinformación apenas interesa a nadie,
conscientes de que nada nos llega gratuitamente.
Elijo nadar en la piscina y cocinar unos muslos de pollo,
a la espera de ver quien filtra las mejores noticias,
las más terribles o las más increíbles.
El periodista-guionista se afana en acceder
al núcleo límbico del pensamiento medio del espectador.
Guerras de pacotilla,
luces que son hogueras de San Juan.










