Poema 552: Luna

   

  

Luna

Para Manolo, in memoriam

Surgió roja por el este,

segmentada por las nubes.

Ya no pudiste verla, tan bella.

Atisbé el mensaje fatal mientras conducía,

reviví momentos, palabras,

la voz que se te estaba yendo

junto con toda la seguridad del hombre recto,

noble, inteligente y cabal.

La luna ascendía intensa y sangrante,

notas de  Années de Pèlerinage

desgranadas por un pianista ruso.

Una lágrima, golpes de pádel,

los libros que estabas leyendo.

Se elevaba en el horizonte, decolorándose,

manchas sobre el fulgor del sol,

un verano cenando junto al mar.

No pudimos hablar más, jugar más,

sentarnos más en el borde de la piscina

en contemplación, arreglando el mundo.

La luna sigue su curso, ajena

a la vitalidad que desplegaste sobre la Tierra

al hueco enorme que nos dejas.

Poema 397: Final del verano

Fin del verano

Los días se vuelven poderosos,

más allá del riesgo del vacío existencial,

hay vetas, filones, hilos marcados

llenos de brillo y promesas,

converges bajo una nube protectora

y de allí salen hipótesis, consejos, ideas.

Y de repente una lectura se vuelve procedente,

e imprescindible,

las conexiones gigabyticas se incrementan,

y ese juego de actividad mental

se convierte en trampantojo del silencio.

Has transitado por senderos ancestrales,

te has bañado en el mar Cantábrico,

has volado por la cuenca danubiana en bicicleta,

has conocido personas con cierta aura personal,

y vuelves a la sede dinámica y protectora.

Asientas cada día tus equilibrios personales,

improvisas, enfocas, sostienes,

un entramado de detalles preciosos,

de búsquedas incesantes, de aprendizaje,

cara vista u oculta, serenidad.

Nada te pertenece, ni el tiempo, ni los libros,

ni siquiera el dominio de ti mismo;

evalúas el límite entre la dicha y el vacío,

entre la soledad buscada y la ausencia de energía.

Un viento fresco o una luz en el ocaso,

toda la belleza fundida en un abrazo infantil,

en palabras con tenue pronunciación,

en ideas a corto plazo, incapaz de ver más allá.

Poema 396: Permanecer

Permanecer

En medio de la belleza, de nubes, de jardines,

luces que juguetean al atardecer,

invitado en soledad, silente, permanezco.

Jolgorio tradicional, quizás ancestral,

días en los que aflora el animal interior,

la tendencia oculta de cada cual:

danza, fuerza, resistencia, risa innoble,

permisividad y desorden.

La introversión oculta un vacío vital,

faltan preguntas e intereses comunes,

sobran ideas de otros colonizando mentes,

cortesía y desperdicio fugaz del tiempo.

No he reorganizado aún el consumo

de vivencias vacacionales en mi mente:

baños fluviales, deporte, risa,

campos inusuales o paternidad fraterna,

una sucesión excelente de bellos momentos.

A veces en un descanso necesario de actividad

aparecen vacíos o desiertos, conflictos éticos,

necesidad de conjugar pensamiento y realidad,

la presión social para no alejarte de la ortodoxia,

el reintegro a la corriente colectiva.

La edad es el chivo expiatorio necesario,

falta de personalidad o pereza,

y la búsqueda del relato virtuoso y alegre

surgido de ciertos vacíos vitales indeseados

y de contradicciones de difícil explicación.

Uno barniza las discontinuidades hermosas

con una pátina mental de gran calidad,

resistente a la nostalgia o al recuerdo,

acabado necesario para poder continuar,

para que la permanencia se disfrace de excelencia.

Poema 297: El polígono está vacío

El polígono ­­­­­­­­­­está vacío

El polígono ­­­­­­­­­­está vacío el día de Todos los Santos,

no poseemos el espacio ni el tiempo,

lo usamos con usura y pagamos por ello.

No somos dueños de la psicología social,

ni de las elecciones de nuestros hijos,

apenas de la comida que comemos.

El polígono industrial está vacío,

es una zona fantasma.

Al anochecer patrullas policiales rastrean

botellones de adolescentes rebeldes

cuyo instinto primario elude la lógica familiar.

Por el agujero de las tapias del tren se filtra un amarillo.

Fijarse en las cosas es agotador,

se abre una cascada de ventanas al asomarte.

Cada objeto, ¿quién lo creó, construyó, trasladó?

¿Quién lo puso ahí, cuándo, para qué?

Algunas decisiones tienen consecuencias.

El cielo enladrillado o toda la gama cromática del otoño,

un letrero ajado de Se Vende, o el tendido de unos cables

sobre postes de madera decoloridos,

los charcos con dibujos concéntricos de aceite

o los camiones que esperan a ser desinfectados,

la tapia reconstruida sobre las vías

en la que pronto hará su aparición Acción Poética,

atrapan la mirada del ciclista que se divierte y memoriza.

Poema 199: Sol de enero

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El sol de enero es frío y agradecido,

como un cuerpo blanco,

como una edad en declive.

 

Caminas por un surco, hollando la tierra,

no te sales de él,

aguantas sin ver el final que conoces de sobra.

 

Tienes una sonrisa automática de protección,

quizás lo sabes desde siempre

pero ahora has comprendido su poder.

 

Pospones o desvirtúas:

la fuerza mental del medio siglo

te llevan al escepticismo y la sobriedad.

 

Vacío en medio de tu propio asombro,

infundada esperanza,

ascuas sin combustible, sin prisa para morir.

 

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Poema 161: La piel

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La piel del tomate se resiste

bajo las hélices de la batidora:

la pulpa ya está licuada

pero la estructura aún sigue en pie.

 

La tensión superficial de una pompa

de jabón, crea miríficas estructuras,

muestra, conecta y sostiene,

el lánguido vacío interior traslúcido.

 

Mi propia voz leyendo un poema de Ashbery

en un inglés impostado,

se licúa gradualmente

mientras el poema resiste aún en pie.

 

Mantienes tus rutinas diarias,

caminas, huesos y tendones,

con la fuerza de un paso resuelto

mas tu núcleo se volatiliza.

 

El objeto del poema eres tú,

ciudadano vacío de sustancia propia,

codiciado consumidor de películas,

libros, noticias, canciones, e ideas.

 

Te delata la arruga de tu rostro,

esas manchas indisimulables de tus manos,

el viento que rasguea tus cuerdas vocales,

la lentitud con que expresas tu recogimiento.

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Poema 134: Sigues una curva llena de rutinas

Sigues una curva llena de rutinasIMG_20171008_193514

Sigues una curva llena de rutinas despegas los pies del suelo en algo parecido a correr no estás muy contento contigo mismo todavía el sol la lluvia la sequía dificultan el respirar ves siluetas a lo lejos desafías tu edad e imaginas cómo será el otoño con las imágenes recortadas en pixels y en calidad de otros otoños más lluviosos con menos calor el mundo es una burbuja a punto de tener titulares a toda plana cinco columnas seis obsesiva la prensa capaz de focalizar y concentrar todos sus recursos en el asunto del siglo ya deporte ya independencia ya crisis económica o atentados perpetrados por quién sabe quién que nos odia sin motivo aparente el mal por el mal la lluvia que no llega por el temido cambio climático bah no será por eso será otra cosa el mundo siempre ha sido así de variable y los humanos capaces de construir unas matemáticas artísticas y elegantes también destruyen por celos por envidia por incapacidad para alcanzar la belleza o el dinero o un equilibrio mental tan complicado cuando hay sentimientos o amor o desamor o rechazo temes la inteligencia artificial porque altera los usos y costumbres de una época en la que los periódicos en papel eran los dueños del kiosco y ya no hay kioscos y puedes comprar por internet lo que te plazca anónimamente vicios y perversiones lo peor de lo que somos capaces los humanos circula oculto entre fibra óptica y terminales costosísimos para un trabajo en el que te sientes explotado o inútil no arreglarás el mundo en un texto ni organizarás tus ideas quizás una nueva versión de Blade Runner muestre otras opciones de futuro en las que nunca pensarías por ti mismo o te dediques a buscar rincones de belleza fotográfica encuadres luz y sobre todo cielos con todo su colorido y poemas que trasciendan la verborrea cotidiana la banalidad de opiniones y pensamientos de cuantos gritan y desmadejan el presente ahí está la canción súbitamente te pone en contacto con un mundo que debe existir también que has atisbado a veces e incluso parece que una vez fue tu cotidianeidad pero ya es un recuerdo matemático al que solo te aproximas por puro azar cantautores vagas rimas e ideas conexas cual mapa neuronal dibujado por un niño una cierta luz golpea en fotones los árboles amarillentos también enciende los rostros que miran al crepúsculo te encuentras solo una mañana vagando por caminos llenos de polvo en una tierra que no es la tuya angustia peso sobre el estómago aire insuficiente una vacío súbito inexplicable ausencia de lógica y de perspectivas los pies avanzan caminando sin saber bien dónde te llevan inercia e ideas cíclicas que habitan en alguna reserva espiritual que debes poseer sin saberlo ya eres tú otra vez con algo menos de cordura con el soplido del vacío que te deja pensativo vacilante e inseguro.

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Poema 64: Cuando nada sucede

       Cuando nada sucedeIMG_20160226_082747
Cuando nada sucede, la crecida del río,
cuando nada sucede, un relato quijotesco,
cuando nada sucede, se asoma el vacío.

Cuando nada sucede, dos niños me abrazan,
cuando nada sucede, encuentro un poema,
cuando nada sucede, me convierto en lombríz.

Cuando nada sucede, la insignificancia,
cuando nada sucede, me miro al espejo,
cuando nada sucede, sopeso mi edad.

Cuando nada sucede, los buitres acechan,
cuando nada sucede, pierdo el valor,
cuando nada sucede, no hay hoja en el árbol.

Cuando nada sucede, repliego mis alas,
cuando nada sucede, confío en el tres,
cuando nada sucede, todo está sucediendo.

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