Poema 555: Emoción: Voces radiofónicas

Emoción: voces radiofónicas

Historias que llenan de belleza la mente

y de ilusión el espíritu:

Almodóvar en el festival de Donostia,

Joni Mitchell en la voz de Use Lahoz.

Se eriza el pelo de los antebrazos,

entra en tromba el deseo de leer,

de visualizar, de tirar de hilos eruditos,

de escuchar canciones o ver películas.

Las voces radiofónicas son preciosas,

evocan rostros que no conozco,

personalidad, carácter, tolerancia,

la intensidad con que hacen su trabajo

y, –al igual que el arte–, transmiten emoción.

La cultura sobrepasa y silencia la noticia,

la desgracia que tantos adeptos tiene,

el cúmulo de desastres humanitarios

pobladores de audiencias millonarias.

Inflexiones trabajadas, mucha labor previa,

estudio infinito y profesionalidad,

la creencia pura en la divulgación seminal,

en todo lo que nos humaniza y eleva.

La sutileza tiene cabida al igual que la ironía,

costosas construcciones paso a paso,

un oasis diario repleto de sorpresas y hermosura.

Poema 554: Septiembre, despunta el día

Septiembre, despunta el día

Un amanecer entre coches, luz:

se abre paso entre las tinieblas

horizonte, cerro testigo, frenos rojos,

aún la música de los Proms veraniega

en la emisora clásica,

rostros recién aclarados en vehículos rivales

la ebullición de la aurora en la mente

y la visualización de las tareas diarias.

El trazado visual del GPS en modo nocturno

de aquel pueblo intermedio lagunar

evocaba una tela de araña expansiva

que tenía atrapados dentro a sus habitantes.

Dos corzos cotidianos saltan delante

¿qué probabilidad hay de que los atropelle?

¿Cuántos albores aún contemplaré?

He sonreído tras el trampantojo de la belleza,

tristes miradas alienadas,

el espectáculo de los pájaros

tendidos en los cables, ateridos o expectantes.

Poema 553: Teatro de fans

Teatro de fans

Varios minutos antes de la actuación

rebosa la platea,

grupos animados de espectadores añosos

departen bajo las luces infinitas

y un decorado de baúles e instrumentos.

El actor, guapo, joven, voz potente,

se reencarna al instante en compositor,

cantante, líder atormentado,

frases extraídas de canciones, un cuaderno,

una historia incógnita y musical.

Aparece sigilosamente la banda,

honrando su nombre, ya marca y distinción.

Música fantástica en vivo, potente,

amplificada, electrónica,

un teatro de fans completo y entregado.

La triste historia de un poeta cantante,

líder tempranamente alcoholizado

y consumidor de sustancias destructivas.

Búsqueda y hallazgo

de una o varias canciones emblemáticas,

padres e hijos, esperanza y desilusión final.

Atalaya espléndida y fervor popular,

canto coral de una audiencia entregada,

instantes ascéticos de comunión teatral,

de intenso disfrute vital tras la tristeza.

Poema 552: Luna

   

  

Luna

Para Manolo, in memoriam

Surgió roja por el este,

segmentada por las nubes.

Ya no pudiste verla, tan bella.

Atisbé el mensaje fatal mientras conducía,

reviví momentos, palabras,

la voz que se te estaba yendo

junto con toda la seguridad del hombre recto,

noble, inteligente y cabal.

La luna ascendía intensa y sangrante,

notas de  Années de Pèlerinage

desgranadas por un pianista ruso.

Una lágrima, golpes de pádel,

los libros que estabas leyendo.

Se elevaba en el horizonte, decolorándose,

manchas sobre el fulgor del sol,

un verano cenando junto al mar.

No pudimos hablar más, jugar más,

sentarnos más en el borde de la piscina

en contemplación, arreglando el mundo.

La luna sigue su curso, ajena

a la vitalidad que desplegaste sobre la Tierra

al hueco enorme que nos dejas.

Poema 551: Replegarse

Replegarse

Languidecen ya los días estivales,

un verano finito más, consumado,

fin de la vorágine activa, calurosa, lectora,

ritmos circadianos libres de ornamentos.

Conexiones neuronales rutinarias,

un repliegue interior,

el conocimiento exacto de lo que sucede,

aquello que tantas veces ha funcionado.

Disminuyen la luz y las emociones,

se amplía el listado de ocupaciones,

clausuramos circunvoluciones cerebrales,

áreas racionales completas archivadas.

Decae el ánimo y se compensa

con múltiples proyectos y hábitos exigentes,

agotamiento cual medicina holística,

la cíclica esperanza de los hitos periódicos.

Comienza la hibernación atávica,

el tiempo de los graves estudios

los placeres de las noches eternas

y los exiguos rayos oblicuos de sol.

  

Poema 550: Vivir aquí

Vivir aquí

Caminar por el playón algunos días,

traspasar la muralla de las rocas apiñadas

–podría entrenarme a caminar sobre ellas–

acceder a las calas desiertas, nunca del todo vacías,

depositar la ropa y mis zapatillas nuevas de montaña

a resguardo de las olas, sobre una roca

quizás de las que se desprendieron antaño

en el ascenso, –trípode con polea y acero–,

de mercancía contrabandista.

Fusionarme con el mar, integrar mi cuerpo

con el movimiento suave o violento de las olas,

tumbarme boca arriba y flotar.

Salir del agua sin consciencia del tiempo,

de la hora, de que nadie me espere,

secarme al sol, caminar desnudo como caminaron

casi todos mis antepasados,

pensar en ellos, en el ocio de que no dispusieron

como dispongo yo ahora.

Poema 549: Poder y despilfarro

Poder y despilfarro

No hay luna y la masa se agolpa en la semioscuridad

expectante ante la novedad tecnológica.

Una voz femenina anuncia la virtualidad,

el futuro que nos ha alcanzado veloz,

las luces en escuadrón y la música cinematográfica.

Las hormigas organizadas en células amistosas

graban con sus móviles los movimientos precisos

de los trescientos drones con luces de colores.

La figuración espacial bien podría ser proyección,

ilusión, apariencia, una cierta y segura irrealidad.

Tuve la sensación terrible de una guerra futura,

el ataque aséptico de máquinas exterminadoras,

el poder, allá donde se encuentre, mostrándose,

una cúpula ovni capaz de absorber las voluntades

y de generar susto, sobresalto, pavor y terror.

Boquiabiertos contemplamos los dibujos cautivos,

lugares y símbolos emblemáticos de esta ciudad,

y la sobrecogedora vuelta de la perfecta escuadra

en múltiples planos de roja incandescencia

a sus bases logísticas para ser abastecidos.

El espectáculo inocuo del despilfarro

concluye de forma marcial y magnífica.