Se ha abierto la puerta de la primavera
Es tiempo de las puertas tapiadas
y los edificios cambian de forma y color.
Aire de primavera con cuatro libros bajo el brazo.
Quizás infeliz pero hechizado por el olor
de los cerezos chinos.
Cigarros y más,
un viejo cono de metal,
una pose suficientemente sexy.
Los bajos excesivos del sonido de un coche,
matan la belleza de la ciudad que fluye:
una bicicleta de otro mundo,
unos pantalones ajustados que fascinan.
Se ha abierto la puerta de la primavera
y el kiosco de los helados.