Poema 524: Contrastes antropológicos

Contrastes antropológicos

Al caer la tarde el cereal exhala su perfume,

colma el espacio de un aroma de infancia

que invade la ciudad rodeada de campos de labor.

Salir en bicicleta al declinar el sol

es un embeleso de los sentidos,

el color, el aroma, la luz, el sonido calmo

de las espigas mecidas por el viento.

Allá donde la ciudad penetra en los cultivos

en los márgenes del asfalto invasivo,

desalmados, inútiles e ignorantes

sueltan sus miasmas con nocturnidad:

escombros, plásticos, residuos insoportables

para la vista educada en la sostenibilidad.

Todo el trabajo de décadas de educación

de la búsqueda ilimitada del bien común

se destruye en poco tiempo egoístamente,

en una regresión cívica, estética y pragmática.

Me invade una súbita cólera, enojo, abatimiento,

la fealdad del mundo en toda su amplitud,

el desprecio de los avances colectivos.

El optimismo antropológico cultivado

se enfrenta a la irracionalidad ignorante

de quienes desprecian el futuro colectivo.

Solo las amapolas atenúan la frustración

hiriente de un cierto pensamiento ilustrado.

Poema 449: El farallón

El farallón

En el farallón pueden leerse las líneas de la vida,

el mensaje que el mar grabó durante milenios.

La banda sonora es un continuo ir y retornar de olas,

una incesante tormenta sin relámpagos,

un mundo oscurecido por la llovizna

cual metáfora de las emisiones radiofónicas.

En la pared vertical está escrita la negligencia

de los salvapatrias tan pulcros,

mentecatos de la simpleza y el desorden,

el refuerzo animal que todos llevamos dentro

cincelado en un palimpsesto ilegible.

Suenan vientos de victoria xenófoba,

de distopías que creíamos imposibles,

una regresión a los tiempos del cólera,

déjà vu inexplicable y anómalo, siniestro e innecesario.

La monotonía del mar, la belleza y el yodo

permiten la abstracción y la distancia mental

necesaria para prever el desastre:

las difíciles componendas y arreglos humanos,

las lecciones de la Historia,

la firmeza ineludible para hacer frente a la necedad.

En el farallón alguien leerá en el futuro

lo que la imbecilidad humana no pudo borrar del todo.