Cuerpo
Habitas en un cuerpo que solo tú conoces,
sabes de sus carencias y fortalezas,
escuchas cada uno de sus síntomas,
hallas en él un equilibrio inestable
suficiente para la vida cotidiana.
Repasas los cambios en el espejo,
tienes una visión de ti diferente
a la del resto de la gente que te mira,
eres esclavo y a un tiempo dueño,
te perdonas o no cada exceso y cada falta.
Estás orgulloso de esto o de aquello
detestas aquella parte que una vez fue señalada
y magnificas aquella ensalzada;
estás hecho de sombras,
de luces poéticas que alcanzaron tu ego.
Cada parte de ti tiene una historia íntima,
cada arruga ha sido merecida en el campo de batalla,
a veces no concuerda tu físico con tu idea de ti,
o tal vez coadyuva a tu miseria;
eres un todo inestable e impecable.
Tu cuerpo mide cada rayo de sol y reacciona,
se encoge y ensordece, o se agranda
en pecho henchido o en sonrisa profunda;
un dedo es suficiente para una tormenta
y es necesario todo el vello de punta en la alegría.
Habitas una estructura muy compleja,
la cuidas y administras cada día
acoplándote a sus cambios y dolencias,
eres un huésped necesario e intransigente,
una simbiosis afinada y sin fisuras.