Poema 678: El tiempo del unicornio

El tiempo del unicornio

El tiempo del unicornio trae la lluvia

momentos de máxima alerta

un recordatorio de ardor guerrero

preocupaciones inútiles antes del sosiego.

Multitarea repartida sin piedad

en días enfebrecidos de Navidad latente,

capitalismo desatado, noticias tremendas

de abusadores machistas impunes.

Toda la atención enfocada en etéreas noticias

víctimas y consumidores del vértigo

de editoriales cargados de epítetos

de la prisa vital por alcanzar el absoluto.

La belleza del invierno que amanece

es gris, llena de niebla y de siluetas,

es un tiempo de imaginación y memoria,

reminiscencias de un pasado de laúdes

de cánticos desafinados en una cocina

en la que chisporroteaba la lumbre materna.

El tiempo vuela y la memoria se renueva

en aras de esa cierta resiliencia mítica

cuando las siluetas se difuminan

y uno explota de alegría efímera y exultante.

Poema 599: ¿Cuánto tiempo puedo pasar mirando la luna?

¿Cuánto tiempo puedo pasar mirando la luna?

El amanecer se ha disfrazado de luna llena

en el punto cardinal opuesto a la aurora.

Hipnotizado por el tamaño y el color

acodado en la ventana privilegiada

contemplo ese instante de hermosura efímera.

Aún consciente de la fugacidad de la escena

no tengo paciencia para la consumación.

Es el sino de los tiempos, apresuramiento,

prisa, fugacidad, ausencia de recogimiento.

La velocidad de la bicicleta no parece suficiente,

tampoco ese audio escuchado a velocidad normal,

el tiempo no se multiplica por subdividirlo en mónadas,

tampoco el disfrute profundo de la vida.

Ciertamente el encuadre de la escena callejera

es repentino: lugar, luz, circunstancia, presencia,

después el caos y la vulgaridad persistente

abierta en canal un instante para tu ansiosa mirada.

Leo cada día una suma intensa de titulares periodísticos,

la nada vacía y matemáticamente discreta

de unos fuegos artificiales remotos y ajenos

que se cuelan en las mentes desprevenidas

crean emociones básicas, arcaicas e insanas

en aras de la huida hacia adelante consumista.

¿Cuánto tiempo puedo dedicar a la luna?

¿Y cuánto tiempo a la lectura y a la cultura?

Poema 157: Velocidad

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La velocidad impide disfrutar del viaje:

atisbo a ver la hoguera,

el cauce marrón del río,

mas ignoro la forma de las nubes

o la silueta de los pinos solitarios,

no veo a los mirlos picoteando el sembrado,

ni los dibujos de los charcos en los caminos.

 

La pelusa verde de los campos

se convierte en cereal sin apenas darme cuenta,

las tierras altas cambian de color,

la prisa desbarata el placer

de apreciar la intensidad de la luz.

 

No observo la suciedad en las laderas

del polígono industrial,

ni las naves abandonadas o la casa okupa,

tampoco los tocones aún naranjas

de los pinos cortados en la última poda.

 

He pasado al lado de los extraterrestres

de mono naranja con luces estroboscópicas,

adelanto a varios camiones cargados

de papel prensado, pesados y volátiles,

veo al grajo que come despojos destripados

levantar su vuelo al acercarme.

 

La velocidad se confunde con el blues de Norah Jones,

puedo sentir la tensión de mis manos

crispadas en el volante,

y el avance rápido de los minutos en el reloj,

la adrenalina para tomar decisiones rápidas

la levedad del desplazamiento fugaz.

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Poema 67: Nadie sonríe

Nadie sonríeIMG_20160302_193523

Mira por tu ventana,

existe la vida, alguien

arrastra los pies,

el tipo de la pipa viste bien,

una madre joven carga con sus hijos,

nadie sonríe.

Un tipo deforme cruza el pasadizo,

la cabeza alta, erguido,

mucha gente le mira al pasar,

él lo sabe y le alimenta.

Escuchas un poema de un youtuber,

con más de cinco mil reproducciones,

desamor un punto cínico,

sensibilidad a flor de piel.

Varios adolescentes caminan en grupo,

obsesionados con sus teléfonos móviles,

sus rostros inexpresivos son prisioneros

de la última foto que alguien se hizo en su baño.

Nadie parece escapar de la tecnología,

de las calles atestadas de vehículos,

de la orgía de ruidos chirriantes,

ni de la prisa social inconsecuente.

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