Poema 659: El otoño del ciclista

El otoño del ciclista

Una suave llovizna impregna la tierra seca,

huele a petricor en un horizonte plúmbeo

sin apenas movimiento en el campo visual.

Pedaleo contra el viento, entre ocres y amarillos,

dejando que la llanura penetre en mí,

vacíe mi mente, consiga integrarme con el paisaje.

Mínimas mariposas blancas sorprendidas

alzan el vuelo desde los cardos resecos de la cuneta,

cruje el suelo, saltan las piedras,

respiro, olfateo, fotografío, me embeleso con todo.

Soy un ser mínimo entre viñas y girasoles renegridos,

rastrojos, lavajos vacíos de fondo seco y cuarteado,

un redil desierto y la inmensidad de un rayo de sol

que asoma en el confín del planeta.

La velocidad de contemplación ideal de la bicicleta

es ahora un ritmo meditativo,

una aproximación al trance alejándome del vértigo.

Vacío por fin la mente y el cuerpo suda con el esfuerzo

solo existe el camino en esta levedad otoñal.

Poema 584: Una luz azul

Una luz azul

Envuelve la niebla los caminos, los sembrados,

el terreno trazado de líneas rectas,

los surcos terrosos, algunas vides deshojadas.

Me persigue la noche como me persigue la historia.

¡Aquel bisabuelo llegó como un juglar,

joven, lleno de fiesta, levantando mesas con los dientes!

La luz oprime y aprisiona, desorienta,

la llanura se difumina en la ausencia de formas.

La viuda le hizo una fiesta especial al sanabrés,

le colmó de rimas y de la belleza de sus ojos.

Aún el pueblo existía: oficios, lavajos, artesanos,

la niebla no lo había condenado a la luz azul.

Cae la noche húmeda de Navidad.

El descendiente nació tras la muerte del padre.

Los animales abrevaban el en el lavajo grande;

en las noches eternas del invierno

se contaban historias en el corro de la lumbre.

Contra todo pronóstico el hijo dejó una estirpe,

moradores ocasionales de la cúpula bajo la niebla.

La luz azul engulle las casas deshabitadas,

la vasta llanura castellana escasamente poblada.

Poema 530: Costa Lavajos

Costa Lavajos

La puesta de sol sobre el lavajo

tiene algo de mágico y ancestral,

el agua escasa en esta tierra de cereal

que antes fue viñedo y subsistencia,

la luz infinita que se demora en naranjas,

magentas, índigos, añiles, cobaltos…

Ha llovido en la tarde calurosa,

los futuros girasoles lo agradecen,

también las patatas, maíces, viñedos,

cuanto verde permanece en la campiña.

Huele al cereal aún no recolectado;

voy hollando con la bicicleta caminos

aún vírgenes tras la tormenta.

Las aves rapaces andan revueltas en un rastrojo,

planean, descienden en picado,

atrapan algún roedor que rebaña los últimos granos.

No hay mar, no hay sal ni yodo,

ni la brisa nocturna que equilibra el bochorno del día.

Hay planicie, cereal en sazón, un infinito mirar

hacia la curvatura excelsa de la Tierra,

el sonido del viento que mece las espigas,

la calma del lugar y la circunstancia.

Poema 279: Campo de julio

Campo de julio

El campo en julio es de una belleza inusitada,

los labradores se afanan

 en extraer todo el producto posible de la tierra:

hay pacas de paja, patatas a punto de florecer,

girasoles hermosos y amarillos,

un lavajo lleno por las últimas tormentas;

incluso el río Trabancos lleva algo de agua.

Desde la bicicleta se observa todo con detalle,

rastrojos, viñedos, pinares,

algunos centenos aún no cosechados,

nunca he visto tantas aves como este año,

en el camino apenas hollado no hay rastro del virus.

Algunas cosechadoras levantan nubes de polvo,

hay cultivos que no identifico,

plantaciones de almendros y otros frutales,

remolacha, maíz, garbanzos,

mecanización y riego, una cierta normalidad.

Las tormentas alteran el ritmo del trabajo,

nada que ver con otros tiempos:

ya no hay hoces ni levantarse a las cinco de la mañana,

no se trilla ni aventa la parva,

no hay bueyes ni mulas, ni cuadrillas de sol a sol.

Huele a manzanilla y a la paja recién cortada,

busco en la soledad de los caminos

no encontrarme con otros humanos;

miro al cielo y veo la revolución de las nubes,

al menos tanta belleza como la reproducida en el campo.