Poema 668: Soria

Soria

Río Duero, lejano, corro a tu lado,

antes, los ancestros poetas…

Luz de otoño, hojas multicolores,

la Biblia esculpida sobre la vésica piscis.

Alguien habla y habla y transmite

ideas, proyectos, ambiciones.

No es fácil llegar al río, ver los arcos,

entender toda la piedra que salmodia.

Remozada, más comercial y cosmopolita,

mapa en mano transitan emblemáticos lugares.

Nadie apuesta por caminar bajo la lluvia,

un arco, una muralla, muchos escudos.

Se ha detenido el tiempo en la modernidad,

reluce para el caminante el libro de poemas.

Alta e inexpugnable, orgullosa de sí,

maitines ancestrales dentro del templo.

La mirada es intensa por momentos,

no se había apagado antes del brillo de la historia.

Poema 577: Retazos lectores

Retazos lectores

Leo a sorbos, como quien degusta un Martini,

un poema aquí, un capítulo ligero o un relato,

el artículo intenso de una contraportada

o aquel que nada dice ni sugiere.

Llevar un libro siempre me asegura belleza,

la posibilidad de un instante de paz

poder encontrar un lugar lector en un parque,

una evasión en toda regla del mundo.

Probablemente saldrá una idea o un cúmulo de ellas,

una forma de viaje interior, ya universo,

un orden semejante al del sueño reparador.

Un libro es una compañía silenciosa y prudente,

la atracción de la soledad, una promesa

de intimidad intensa, intrínseca y discreta.

Ese retazo lector es un imán de otras lecturas,

de ideas que aún no has reordenado

y cual campo magnético

se erizan en posición de combate.

Paseas con un libro tarareando Ma Solitude,

hasta que hallas un banco público

para tu colección de lugares propicios a la lectura.

El día tiene ese otro esplendor.

Poema 500: Quinientos poemas

Quinientos poemas

¿A un día de verano compararte?

William Shakespeare

Siete años y medio de poemas,

mil quinientas fotografías, algunas ya perdidas,

la pandemia en la mediana del tiempo.

Un puñado de lectores

–amplificado puntualmente–

apenas repercusión en mi vida diaria.

Un proyecto que era un juego

del que me siento muy satisfecho,

forma libre de expresión, huella futura.

Una forma de narrar el mundo, mi mundo,

los mundos a los que accedo,

una forma de mirar todo lo que me rodea.

Fructíferos momentos, estados de ánimo,

deporte, lecturas, ideas,

la clasificación temática pendiente de hacer.

Un espejo más, un reflejo, emociones,

instantes de mucho placer lector, escritor,

fórmula mágica del equilibrio cotidiano.

Periodos de sequía y otros de aventura continua,

la nada de cada día y el todo de un amanecer,

cielos, amistad, arte, la cúpula de gran belleza.

Hay una sombra de otros poetas,

de estados de ánimo y de conversaciones profundas,

madurez del pensamiento aún joven.

Quinientos poemas es un hito festejable

en medio de un mundo convulso,

una luz en mi ánimo, una sonrisa.

Poema 404: Ideas de futuro

Ideas de futuro

Experiencias, artículos, opiniones,

estrategias de inteligencia artificial,

en los juegos, en la guerra, en la vida,

aparecen puntas de iceberg,

muestras aún desapercibidas,

la domesticación de la ciencia básica.

Las tareas se vuelven sencillas,

en aras de incrementar el trabajo

de forma exponencial.

Crecen los atajos, trampas, engaños,

aparecen caminos difíciles

estadísticamente más veloces,

la lógica humana pierde peso

frente a algoritmos inusitados.

Mientras tanto el poder es ajeno a todo,

continúa aprovechando voluntades

y disfrutando de la animalidad gregaria

de cada uno de nosotros.

Rozar la sabiduría es exclusivo y minoritario,

se eriza el vello ante los avances evolutivos,

descubrimientos y estructuras genéticas

que acotan la paleontología.

Tantos campos y tanta ciencia,

tantas matemáticas modelizando procesos,

miles de artículos científicos imprescindibles,

el futuro llega a borbotones

sin que la consciencia lo asimile.

Poema 400: Se nos mueren los ídolos

Se nos mueren los ídolos

Murieron Batiatto y un señor

que se llamaba Leonard,

y las letras dejaron de tener sentido.

Cuántas veces pensé que Lorca

habría sentido escalofríos de placer

al escuchar el pequeño vals vienés

con voz ronca y afinada.

Se fue Javier Marías sin darse apenas cuenta,

¿o fui yo quien lo consideraba inmortal todavía?

Y la reina de reinas, la longeva,

y con ella la autoridad palaciega.

Godard los sobrevivió unos días

espléndidos del mes de septiembre.

Compré sus casettes casi sin dinero,

escuché que el hijo era distinto del padre,

me desperté en primavera

y supe de la estación de los amores.

Descubrí presunta información en los rostros

como los miraba Jacobo Deza.

No me olvido de Almudena, ni de Joan,

ni de Brines.

Es el fin de un ciclo vital, cultural,

de voces y plumas elegidas;

quizás siempre fue así y solo la edad (mi edad)

se mezcla de nostalgia y luto.

Quedan las obras y quedan los vivos,

y el prodigio democrático de tantas redes

capaces de difundir pequeñas maravillas.

Nos han dejado ideas, hilos, música,

vértices sobre los que tender cabos y búsquedas,

la sensación de que nos adentramos en la senectud

y una cierta orfandad estética y de pensamiento.

Poema 397: Final del verano

Fin del verano

Los días se vuelven poderosos,

más allá del riesgo del vacío existencial,

hay vetas, filones, hilos marcados

llenos de brillo y promesas,

converges bajo una nube protectora

y de allí salen hipótesis, consejos, ideas.

Y de repente una lectura se vuelve procedente,

e imprescindible,

las conexiones gigabyticas se incrementan,

y ese juego de actividad mental

se convierte en trampantojo del silencio.

Has transitado por senderos ancestrales,

te has bañado en el mar Cantábrico,

has volado por la cuenca danubiana en bicicleta,

has conocido personas con cierta aura personal,

y vuelves a la sede dinámica y protectora.

Asientas cada día tus equilibrios personales,

improvisas, enfocas, sostienes,

un entramado de detalles preciosos,

de búsquedas incesantes, de aprendizaje,

cara vista u oculta, serenidad.

Nada te pertenece, ni el tiempo, ni los libros,

ni siquiera el dominio de ti mismo;

evalúas el límite entre la dicha y el vacío,

entre la soledad buscada y la ausencia de energía.

Un viento fresco o una luz en el ocaso,

toda la belleza fundida en un abrazo infantil,

en palabras con tenue pronunciación,

en ideas a corto plazo, incapaz de ver más allá.

Poema 301: Ola de frío

Ola de frío

El Papá Noel hinchable de la puerta del chino

se inclina con el viento del norte

llegan aires de nieve, la primera borrasca del invierno,

una pátina gélida que cubre las calles desiertas

por la pandemia y el toque de queda.

Centros comerciales cerrados, bares cerrados,

los mismos imbéciles desafiando las normas;

los más listos, los que tienen derecho a todo

a cambio de nada

llevan la mascarilla a modo de disfraz.

Llevo una vida modélica en las redes sociales,

blanca, atractiva, bella,

basada en dotar de continuidad a instantes hermosos,

a no pensar demasiado ni ser extremista:

hoy he fotografiado el ocaso, ayer el frío matinal.

Puedo sostener ideas e intuiciones,

transmitir una opinión creada por fuentes matemáticas,

entender que el frío en estas fechas y latitudes

siempre existió

pero ahora sorprende por su salto en el registro térmico.

Me equivoco y apuesto y me sigo equivocando,

soberbio, tiendo a pensar que son errores corregibles

en el largo plazo,

fallas de un sistema de pensamiento elevado pero no perfecto,

la razón de la sinrazón de una vida gélida de estudio.

El Papá Noel hinchable del chino, al que desprecio,

me da una lección de humildad:

soporta el frío, la pandemia, a los imbéciles que beben Monster

mucho mejor que yo,

renegado por la correlación entre costumbre y contagio.

Poema 250: Cine

Cine

cine1

En tiempos correosos de ideologías enfrentadas

el cine, la literatura, la música

pasan a ser objeto de controversia,

un campo de batalla lleno de prejuicios:

ideas frente a barbarie e ignorancia.

 

Hacer una película es complicadísimo,

una tarea coral llena de equipos, vaivenes, humanidad,

arte total para ser criticado sin verlo

o para abrir la puerta a una vida diferente

al menos durante el tiempo mágico de proyección.

 

Construir, concertar, transmitir sutilezas armónicas

nada pueden contra la destrucción, la infamia o el insulto,

o sí, lo pueden todo, perduran arduamente,

siembran semillas increíbles,

son abonadas por millones de neuronas resistentes.

 

Una época, una sensación, una transformación del espacio,

múltiples tomas, pruebas, luz, color, sonido,

las palabras enhiestas, la emoción de un instante,

vanguardia y productividad,

el cine es un termómetro social de humanidad.

cine 2