Sintaxis
Despiertas pensando en sintaxis,
en formas, creaciones, clasificaciones,
en la descomposición o unidad
atendiendo a ciertas reglas sutiles.
La taxonomía no te atrae,
te dispersa o aburre, monótono instante
en el que cierras tu mente al paralelismo
natural con la lógica matemática.
Te abandonas a la sensualidad de un pasaje,
a ciertas formas de erotismo desconocido:
en medio de descripciones subcutáneas
hallas un nexo de capilaridad voluptuosa.
La marea de gente enardecida
o el olor del incienso o el ritmo de los tambores
o la imagen hierática, cárdena, muerta,
filas y filas de cofrades en procesión turística.
Collage, pinceladas de color,
tú eres el responsable del énfasis
o de la ausencia de sustancia para el lector,
difuminas o ensalzas o relegas o enfocas.
El ejercicio puede ser virtuoso o simple,
aleatorio o cuidadosamente compuesto,
el resultado será el mismo para la mayoría,
tan solo algunos eruditos o sensibles lo apreciarán.
Mi azul del cielo no es igual que el azul de abril,
ni que el azul que tú lees o en el que piensas,
azul es una persona fría o un amanecer brumoso,
pero no el río de aguas turbias removidas por la lluvia.
Caminas y piensas, o piensas y caminas,
jerarquía de ideas que te sueñan en la noche,
o que se alternan en tu vigilia para metamorfosearte,
para conformar una salida a tus obsesiones.
Minimalismo, la pincelada recortada y pulida,
toda la exuberancia y la formalidad y el ornato
reducidos a una simplicidad léxica y sonora,
búsqueda de un color o una sensación en la palabra.