Poema 455: En la vida y en la muerte

En la vida y en la muerte

 A Perea
quien siempre nos transmitió alegría.

Un fanfarrón alegre, un torbellino,

vorágine de vida y alegría fresca,

un tipo inteligente y veloz.

No le conocí en el cara a cara con profundidad:

imagino que tenía su máscara,

la broma que esconde ideas y proyectos,

fracasos y éxitos.

Diría que era el más popular de la comarca

hasta que la vida le pasó por encima;

un trabajador infatigable, amigo de todos,

capaz de encender una chispa en un velatorio.

No sé cuándo apareció en nuestras vidas,

rapidillo y listo jugando al futbito,

ni como en los veranos se multiplicaba

en el día y en la noche,

siempre presente con su voz tan grave

y las anécdotas almacenadas por millares.

Ciertamente tenía el don de la risa

y la teatralidad narrativa de un genio;

quizás fue un faro generacional

omnipresente de forma oblicua

en cada evento, fiesta y celebración.

Se nos va un hombre excesivo y bueno,

recordado por todos con cariño,

la alegría de una juventud

difuminada en un sueño.

Poema 316: Vorágine y caos

Vorágine y caos

A veces siento que el mundo va muy deprisa

quizá es una evocación cósmica,

esa velocidad que solo puedo imaginar

del planeta transitando en su órbita solar.

El desorden animado me obliga a improvisar

un toque de la batalla quizás evolutivo

que activa tormentas mentales

sin satisfacción ni tiempo de placer.

En ese caos creativo me afano

en la búsqueda de patrones conocidos,

de mínimas certezas de escalador

sobre las que pueda permanecer un instante.

Miedo, incertidumbre, inseguridad,

catalizadores de procesos de supervivencia

un fugaz detalle que todo lo cambia

alegría o pertinaz hundimiento.

Puede que en la música o en las rutinas

esté el sostén y la guía con instrucciones,

disponer de unos minutos para reposar la luz

aislarte del dolor y de los problemas complejos.

Cuando mi cerebro reconoce algunos asideros

se intenta adaptar sin resistencia fuerte,

libera sustancias que inundan mi rostro de sonrisa

y desprecia por banal toda discordancia.

Poema 142: Cada día

Cada díaIMG_20171117_171341

Cada día es un tesoro que esconde tesoros:

magia, belleza, misterio, sorpresas,

pequeñas perlas estimulantes,

hilos por los que viajar y continuar.

 

Inmersos en sobrevivir, apenas

alcanzamos a vislumbrar nuestra vida,

estiramos el tiempo y lo estamos encogiendo,

apenas leemos o reflexionamos,

ocupados en inventar eventos,

en sumergirnos en una vorágine

que nos impida pensar en la decadencia.

 

Cada día es una maravilla de imágenes,

ideas, textos breves de conocimiento

o recreo de los sentidos,

pero también de dolor y contrariedad,

de menoscabo personal o de decepción.

 

Cada día está plagado de noticias a toda página,

novedades efímeras voceadas

que duran un instante,

intercambiadas por otras aleluyas,

indignación real o fingida,

abismos que no conocemos pero imaginamos.

 

Cada día es un tesoro inapreciable,

una palabra o la voz amiga que te destaca,

un cómputo inaprensible de pensamientos,

una suma inabarcable de acciones,

la sensación de ser protagonista

en el interior diametral de unos palmos.

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