Poema 316: Vorágine y caos

Vorágine y caos

A veces siento que el mundo va muy deprisa

quizá es una evocación cósmica,

esa velocidad que solo puedo imaginar

del planeta transitando en su órbita solar.

El desorden animado me obliga a improvisar

un toque de la batalla quizás evolutivo

que activa tormentas mentales

sin satisfacción ni tiempo de placer.

En ese caos creativo me afano

en la búsqueda de patrones conocidos,

de mínimas certezas de escalador

sobre las que pueda permanecer un instante.

Miedo, incertidumbre, inseguridad,

catalizadores de procesos de supervivencia

un fugaz detalle que todo lo cambia

alegría o pertinaz hundimiento.

Puede que en la música o en las rutinas

esté el sostén y la guía con instrucciones,

disponer de unos minutos para reposar la luz

aislarte del dolor y de los problemas complejos.

Cuando mi cerebro reconoce algunos asideros

se intenta adaptar sin resistencia fuerte,

libera sustancias que inundan mi rostro de sonrisa

y desprecia por banal toda discordancia.

Poema 167: Shostakóvich, sinfonía nº5

Shostakóvich, Sinfonía nº5IMG_20180405_200047

La orquesta dividida en grupos

baila al son de sus instrumentos,

cuerdas que crean una melodía

a la que responden los metales viriles:

una conversación instrumental a tres bandas,

contrastes e introducciones solistas,

ora un fagot, ora cuatro trompas,

pizzicatos de violín sostienen la tensión.

 

Lentitud, cúlmenes de plenitud,

las trompetas protagonistas

o el trombón solista contrapunto

de la velocidad que adquiere el conjunto.

 

Música para animar a las masas

o para deleitar a un público entregado;

la potencia del conjunto orquestal

mueve a la sonrisa y a la alegría

despierta las mentes cerradas a la música

contemporánea, abre el espíritu

lo eleva a la bóveda de la inmortalidad.

 

El arpa delicada se asoma a la vorágine

de fuerza instrumental conjunta,

un gong, timbales, la gravedad de los contrabajos,

transporta a un teatro musical,

hace soltar la tensión contenida y concentrada

despeja las nubes mentales de quien lo escucha.

 

Color y fuerza en la dirección,

el vals de los arcos acompasados,

de los hombros delicados de los músicos,

tensa concentración en la partitura,

la voz de mi hijo que susurra

las diferentes claves de cada instrumento,

y el estallido final de fuegos artificiales

de fiesta para los sentidos,

de gozo infinito y liberación total.

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Poema 141: Rítmica

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Cuerpos esbeltos, aros, mazas,

disciplina, un torbellino de viajes,

entrenamientos, la cresta de la ola:

suena la música atronadora, concentración,

el equipo es la vida inmediata.

Nada existe más allá,

Ascender, elevar, mejorar;

un fallo da al traste con todo el trabajo,

predispone, eleva y arruina.

Color y movimiento, placer estético,

fotos por doquier;

las familias viven para las niñas,

constante traveling de emociones,

competencia suprema.

El desafío absorbe la vida entera,

motivación y síntesis, deporte,

extremo desarrollo elástico y muscular.

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