Poema 544: Memoriam Omnium Rerum

Memoriam Omnium Rerum

En la velocidad el vértigo oculta la belleza,

–montañas calvas, morrenas, canchales–,

los volcanes y el pavor ancestral heredado,

un lago verde, charco marino, montaña negra,

la calma de unas horas hermosas e incógnitas.

La vista traiciona cuanto anhela,

sin embargo, la piel absorbe, funde, clarifica,

la nariz transporta, evoca, mitifica y desnuda.

El recuerdo de los hitos se posa en una veleta,

el sonido del viento y un clic metálico

que la mano de mi hijo produce en el mástil.

La Ensalada César tras la agotadora jornada,

el cuerpo que busca recuperar sales y energía,

luz verde sobre el estanque trapezoidal:

una pata triangula las aguas con sus vástagos,

cañas, enredaderas, lavandas, césped y un tractor.

Puestas de sol lentas, contemplación,

antes de una cena doméstica y deseable,

días de lectura, de creación de poemas simples,

calma y reposo de todos los sentidos.

El envolvente museo de la igualdad,

reivindicación sutil de los nuevos tiempos

y un viaje de reencuentro ascético del trance.

Poema 535: Aprovechamiento

Aprovechamiento

En el interior del cráter, abierto al Malpaís

los labriegos cultivaban la tierra fértil

rodeada de rocas volcánicas baldías.

En el centro geométrico del volcán

trazaron un círculo para compartir la era.

Los sectores de corona circular

eran arados por mulos y sembrados de cereal.

La mecanización del campo

derrotó este aprovechamiento del oasis.

Hoy los caminantes acumulan un cono de piedras,

dejan su pequeña impronta-reconocimiento

a quienes sobrevivieron allí casi tres siglos.

Poema 339: Destellos de luz

Destellos de luz

Algunas señales son destellos de luz

una combinación favorable de semáforos,

el vuelo sagital de pájaros migratorios,

el bidón cuya llama se adelanta al frío

o este veranillo conocido pero inesperado.

Observas anonadado el volcán,

la corriente roja de lava en la noche,

el contacto tremendo con el mar.

Llevas contigo el libro de poemas

difíciles de entender pero mágicos

en su sencillez aparente:

poemas descriptivos en los que hay sombra

y hay luz y erotismo,

vidas enteras recordadas,

otros mundos que ya no existen.

Me obsesionan las grúas al amanecer,

gigantes de quietud nocturna

que chirrían en la dura jornada laboral.

En la penumbra del ocaso resplandece

un horizonte muy conocido;

abro la ventana y el ruido cíclico de los coches

encuentra el silencio de los intersticios.

Nada dura mucho tiempo,

ni siquiera la reflexión gozosa

sobre la explosión anaranjada de luz.