Poema 628: En la carnicería

En la carnicería

Caminando por el barrio popular,

los poros abiertos a cada estímulo:

tiendas, bares, inmigrantes múltiples,

nuevos negocios intercalados

entre el tejido transaccional de antaño.

Encontré en una carnicería

el anuncio de un queso ansiado,

pedí la vez a dos parroquianas parlanchinas,

que no dejaban de opinar en voz muy alta:

conservadurismo de género,

idealización de cualquier tiempo pasado,

el recuerdo inmaculado de su juventud.

Llegó un camarero jubilado y nostálgico

de aquellas peleas en la Plaza Mayor:

San Pedro contra Pajarillos,

los lecheros de la Rubia contra los de Delicias.

Ahora todos se recogen temprano–,

decía el hombre decaído y artrítico,

ya no hay diversiones como en otro tiempo–.

El carnicero daba continuidad a la charla,

un verdadero especialista conductor de tertulias,

sin opinión propia, subido a la corriente chifladora.

Salí de ese reducto del tiempo

a la luz multicultural del sol, ruido, chiquillos,

ropa tendida, mujeres musulmanas con velo,

una redada policial con muchos espectadores,

y la sensación de un trascendente cambio social.

Poema 556: Templos educativos

Templos educativos

Los chavales, flequillos en ristre

como corresponde a la moda del momento,

se miran un instante en la luna del coche,

se atusan convenientemente,

afirman su autoestima de base capilar

y continúan indolentes, mochila al hombro,

su lento acceso al templo educativo.

Allí es el todo o nada, o la insignificancia,

el profesorado que lidera, guía, implementa,

o que languidece inoportunamente.

Existen también los nostálgicos,

disciplina en ristre, ley y orden,

el saber elitista ahora que es democrático,

la imposición de formas arcaicas

cuando los drones lo están destrozando todo.

Las alumnas se esfuerzan más,

tejen redes más profundas y eficaces,

su éxito en el aprendizaje es abrumador.

El microcosmos del entorno educativo

permanece vivo durante las mañanas

muere al atardecer y renace cada día,

hay normas, protección, cariño y crueldad,

es un pilar básico de la sociedad avanzada,

el lugar donde toda fantasía es posible.

Poema 521: Noche de primavera urbana

Noche de primavera urbana

Circulo en bicicleta urbana

entre hordas de la especie humana,

–mis congéneres–, otrora agresivos,

nerviosos, celosos, supervivientes.

La convivencia se ha logrado al satisfacer

las necesidades básicas de alimento y techo.

Circulan los patines en la noche,

se distribuye comida a cambio de dinero,

hay diversión y tiempo libre.

Me cruzo con raiders en la penumbra

de una noche hermosa de primavera;

huele al campo que se filtra en la ciudad

y apenas nadie camina al filo de la medianoche.

¡Cuánta evolución ha sido necesaria para llegar aquí!

Los jardines están cuidados y los ciudadanos

continúan abducidos por sus dispositivos;

He salido pensativo del teatro:

el paso del tiempo y la repetición de los errores,

la nimiedad de nuestra presencia en la escalera

y los sacrificios de todos los que nos precedieron.

El sistema educativo aporta sus frutos

y modela una sociedad con un cierto equilibrio

sobre la que actúan fuerzas terribles:

codicia, orgullo, desprecio, jerarquía y rango.

La luz llega desde la insignificancia y la humildad,

desde el pedaleo en una noche cálida de primavera.

Poema 371: Las bicicletas no pueden con los patines eléctricos

Las bicicletas no pueden con los patines eléctricos

Las bicicletas no pueden con los patines eléctricos,

el esfuerzo frente a la pasividad veloz,

quizás el almacenamiento o la prisa.

Así es la vida y así fue siempre, comodidad de muchos

frente a unos irreductibles románticos,

una especie humana que se hace masa

para invadir supermercados ante la mínima brisa,

estulticia de quienes eligen populistas

o escuchan relatos simplificados al máximo.

El bulto sustituye a los detalles y el grosor a la sutileza,

la fuerza tremenda de las alianzas en la miseria

pueden hacer tambalearse el sistema,

más frágil en apariencia que la robusta presencia

comercial que lo sustenta.

En estos días desapacibles de calima y viento,

en los que la luz grisácea iguala las calles,

la virtud pasa desapercibida entre el camuflaje

teórico y verbal de quien todo ignora:

la excelsa cultura, el esfuerzo y la palabra

como construcciones avanzadas de la humanidad.

Y sin embargo cada persona es inalcanzable

en la infinita secuencia de sus motivos y circunstancias,

termina por elegir lo más conveniente y sabio

en consonancia con la suma de sus instantes vitales.

Poema 266: La herida

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A través de esta herida abierta en la realidad

podemos atisbar el mundo

con una perspectiva casi divina

ángulos extraños, escorzos visibles,

el vacío que a veces se aproxima rozándote.

 

El miedo al horror puede paralizarte

o te impele al movimiento altruista,

permaneces o empleas todos tus recursos

en el combate evolutivo de supervivencia.

 

Las vísceras de la podredumbre social

se están secando al aire en escaleras públicas,

destellos de una felicidad pasada inconsciente

aún nos escuecen en cada llaga.

 

La herida tarda en cicatrizar,

leprosos la difunden con palabras insanas,

buscamos la belleza una vez superada la aversión

en cada batalla microbiana ínfima,

allá donde está seguramente la curación social.

 

El vasto orbe es mucho más grande que tu burbuja

en él hay fosas comunes,

hay avaricia repentina y comercio ilícito,

una reestructuración de la base social,

la desaparición de formas de vida ancestrales.

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Poema 155: Patriarcado

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Escucho opiniones banales o aprendidas,

nada nuevo, ninguna evolución,

el mismo chiste machista actualizado,

idéntico mantra justificativo.

 

Y sin embargo la idea está ahí,

al alcance de todos:

brujas, princesas, héroes, el poder,

la historia de la humanidad fraccionada.

 

Quizás el primer paso sea una inoculación,

la injusticia o la lógica aplastante,

la ventaja global de la solución feminista,

la potencia de la teoría de juegos.

 

Siempre ha sido así, o somos diferentes,

o es la evolución, es la naturaleza;

Abre los ojos, es una construcción social

interesada, incrustada en cada cerebro.

 

La resistencia es ignorante, sin argumentos;

consciente, observas que todo lo impregna,

convierte en fútil la emergente igualdad,

en sordina los gritos cada vez más expandidos.

 

La esperanza es educativa, una mecha

en apariencia prendida, una luz inteligente,

la juventud que rellena espacios oscuros,

los susurros pacíficos, voz ya exponencial.

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