Poema 510: Búsqueda de la belleza

Búsqueda de la belleza

En la incesante búsqueda de la belleza,

me acerco a cuantas plantaciones veo de colza,

busco el contraste del amarillo con el cielo,

huelo el polen que destilan las infinitas flores

y escucho el zumbido continuado de los insectos.

La bicicleta se alía con la fotografía

en encuadres de pinos míticos,

observables desde cualquier punto del valle.

Una parte sustancial de la belleza está en el cielo,

en amaneceres que parecen dolorosos

y en escandalosas puestas de sol con el cielo turbado.

Correr por el pinar de Antequera, recién amanecido

es un acto de sumo esplendor:

luz, color, el frescor desbordante de la vegetación,

un sonido inexistente en la ciudad.

Leo un poema de Carlos Marzal en un banco al sol

rodeado de lilas y cantos de pájaros

sobre su descubrimiento juvenil de las librerías;

el verso sobre la extirpación del cromosoma del aburrimiento

me parece solemne y magnífico:

quien tiene un libro, una película, un disco, aún vírgenes

ha encontrado su tesoro vital.

La belleza aparece allá donde los sentidos se afanan

por encontrarla,

allá, en la cotidianeidad inesperada y monótona,

en medio del solemne acto de vivir cada día.

Poema 268: Cuando todo pase

Cuando todo paseIMG_5735

No hay lilas, ni abril desde mi encierro,

todo el mundo anda pensando

en como será la nueva normalidad,

tomo el sol a ratos en la ventana

mientras leo versos en inglés

las margaritas que fueron cercenadas la semana pasada

vuelven a brotar desde sus semillas.

 

No hay espárragos para recolectar

o están todos pero florecerán a su aire

la mano del hombre no llega ahí

no hay abrazos entre amigos

ni apenas olores de primavera.

 

En algunos momentos ves imágenes terribles,

escuchas las risas de los niños

que juegan con otros niños en la distancia,

es la magia de la vida, el ocio de la novedad.

 

Un predicador está solo en su aula,

un vendedor de mercancías inusables

se lamenta en la medianoche en programas basura,

no hay teatro en la hierba, ni excesos,

la noche ha dejado de ser un camino oscuro.

 

La comida te atrae como un imán,

los gestos comunitarios, los aplausos, los saludos,

perdida la primavera quizás te encuentres a ti mismo,

uno y trino, múltiple, inabarcable para ti mismo,

eres un ser silente unas veces, otras obstinado,

y las más transmites opiniones que no son tuyas.

 

Puedes seguir con tu poema en inglés,

con esa rutina intelectual que te has montado,

ofrecer tu mejor cara a los que te sufren cada día,

salir del confinamiento con ansia de vida, de luz

de energía para compartir y disfrutar.

 

No hay paseantes solo para ti, para tu mirada,

todos llevan ahora un propósito utilitario,

la cadena pesa pero no ahoga,

molesta el ruido de una máquina o un coche

que no debería de estar circulando.

 

No puedes sumergirte en el silencio de una piscina

ni observar las aguas del río

solo ves a través de los ojos de las cámaras

hueles a través de tus recuerdos

y sientes pieles amigas en un universo paralelo

al cual ansías volver cuando todo pase,

sea esto cuando sea.

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