Poema 379: Destellos

Destellos

Destellos de felicidad, verdor, despreocupación,

de una vida intensa en la naturaleza,

pura ficción:

estás en un relato impresionista

en el que tú construyes con tu conciencia la historia,

limas y descartas, minimizas el mal tiempo

o las carencias y el aburrimiento.

También el dolor.

Sobrevaloras la soledad, pagado de ti mismo,

lleno de una salud que no durará mucho.

Sin embargo esos destellos tienen consecuencias,

han sembrado dudas teóricas y duendes silenciosos

hacen un trabajo constante de zapa ante la fealdad,

la prisa, las prescindibles acciones de cada día.

Vano caudal de luces y canto de pájaros,

asombro ante la belleza de la jara en flor,

fotografías de un intenso verdor primaveral,

un baño en aguas frías, puras, cristalinas,

diluidas por el tiempo voraz y veloz,

ese que vas a gastar rodeado de ruido,

de una nube tóxica invisible cuando estás en ella.

La conciencia tapa y adormece, ensalza y eleva

las necesarias acciones para la supervivencia

en un medio social hostil con apariencia protectora.

Solo los destellos del arte, de la poesía, de la música,

te mantienen erguido y con cierta esperanza futura.