Poema 602: La cúpula

La cúpula

La llamaron geoda antes de existir,

diseñada con creatividad política,

un engarce de figuras geométricas

aceradas y ensambladas con arte.

La sacudieron vientos e inclemencias,

políticas y meteorológicas:

un nombre infausto para la plaza,

una columna central innecesaria

que aún podría ser retirada.

Se filtran a través de ella ocasos,

plenilunios, nubes rosadas por el sol,

el reflejo magnífico en el agua en derredor.

Pían los pájaros revueltos en el crepúsculo,

revolotean decenas de murciélagos

devoradores de masas insectívoras.

Imagino con gran expectación

el crujir fundamental de la estructura

si fuere retirado el sostén central:

algarabía y aplausos o la ruina amalgamada

del diseñador o del gran soterrador.

Un monumento geométrico emblemático

de gran belleza matemática,

de resonancia lapidaria oculta

por un torbellino de conceptos eruditos.