Poema 282: Noche de julio

Noche de julio

La soprano granadina reposa en la penumbra

semioculta por la sombra centenaria

de una columna helicoidal;

el joven moreno y apuesto desgrana 

notas de Debussy en su arpa legendaria; 

la estampa es bellísima: palacio, noche, música,

la serenidad calurosa del mes de julio.

Presiden el patio unas gárgolas enhiestas,

tracerías góticas y filigranas absorben la mirada,

mientras ella deja flotar en el aire canciones de Falla.

Rostros enmascarados detienen el tiempo,

aguzan el oído ante una nana;

la artista ha calentado su voz, y su sonrisa

flota con sonidos armónicos demorados

que viajan por el patio hasta fundirse con la piedra.

Voz, arpa y silencio,

aplausos nítidos  y alegría comunal en la música:

el público henchido de gozo eleva la vista 

a la bóveda mudéjar;

artesonado o heráldica, flores de lis o semiesferas

la vista encantada no descansa.