
La tierra de los muertos
La tierra de los muertos es muy fértil,
allí procrean todo tipo de criaturas,
crecen verduras y hortalizas
al socaire del riego sanguinario.
Quien piensa en la muerte cada día
encontrará al final su recompensa,
ella dejó escrito en su suicidio
la fija presencia de lo oscuro.
En días melancólicos imaginas
cada metro cuadrado de una guerra,
murallas enfebrecidas por los gritos,
el sacrificio de la piel, piedra a piedra.
Allí donde los arietes fracasaron
yace una semilla nutritiva,
allí genio, maldad y adrenalina
tuvieron su jornada vespertina.
En aquellas tapias murieron olvidados
recitando sus versos a la aurora
dejando cadáveres con plomo y saña
hoy pastos de hermosura renovada.
Ningún lugar es tan sagrado
como el suelo que hollaron tus ancestros
miedo, amor, luz de ojos agotada,
todos sus recuerdos olvidados.




