Poema 98: Vagabundeo hogareño

Vagabundeo hogareño

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Das vueltas por la casa sin hacer nada,

lees un artículo, miras el móvil,

inconsecuencias y tonterías

vanas ocurrencias, una imagen

para el consumo rápido.


Observas tus lugares: libros, un mueble,

unas fotos o un cuadro,

la casita de muñecas que construiste

pacientemente en tu juventud,

todo en lo que posas la mirada

te proporciona una cierta seguridad.


Eres libre de considerar el tiempo discontinuo

por muy errado que estés.

Placer o dolor al caminar

te detienes a leer un poema

o a jugar a las cartas con el niño.


Apocalipsis, yugos, errático vagabundeo.

Tu sombra en un espejo plano

evidencia tu edad o tu disgusto

o enciende la luz en tus ojos

en ironía continua impagable.

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Poema 97: Oficio de poeta

       Oficio de poeta

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El calor de la lumbre de un poeta

está en la llamada de un espacio en blanco,

en la voz dubitativa, en la imagen

que aparece en un limbo mental.


Ahí reside su alegría, su esperanza,

¿cómo se pesa el cariño?

¿cuál es la idea que quedará en el lector?

¿puede un escritor aficionado llamarse poeta?


El calor está en la mirada,

en el árbol decadente iluminado por el sol,

en unas hojas volanderas multicolores,

en un encuadre que nadie más puede ver.


Ahí reside el secreto iniciático,

en una combinación ilegal de palabras,

en el traspaso de los límites cotidianos

o en la huida de los lugares comunes tan nefastos.


El calor está en la necesidad creativa,

forja sin ideas preconcebidas,

o germen impúdico, dinámico

transformado y alabeado en cada instante.


Ahí reside la gracia, la metacognición,

el instante de desánimo convertido en poesía,

la lucha constante de la mirada, la ética

la lógica y el estado de ánimo tan tenue.


El calor está en algunos mágicos instantes,

en la chispa que prende con fiereza

y ya no es posible renunciar a ella,

en la capacidad aprendida de moldear un verso.

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Poema 96: Poesía

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Un sonido, un instante

olvidado bajo la niebla, la lluvia,

la carrera,

una chispa del azar,

una deformación estética,

miope encuadre aislado

un detalle evocador

una luz, otro poema.


Un razonamiento matemático

unas hojas que caen con suavidad

la estela leve de un avión en el cielo,

el rumor

sencillo de una fuente,

quietud, una silueta anciana

recortada contra la niebla.


Un juego de nubes cambiantes

en una tarde inesperada de otoño,

agujas de pino casi transparentes,

blanco y azul,

nostalgia, melancolía,

la sonrisa inmediata:

contrapunto estético de quien escribió un poema

y no puede repetirlo.

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Poema 95: Personaje feminista en busca de relato

Personaje feminista en busca de relato img_20161104_160458

Miasmas, escorrentías, llueve

hojitas amarillas bajo el árbol mágico,

se ha renovado el aire

y el personaje crece y busca su salida.


Rueda como una bola de nieve,

se enriquece, absorbe aquí y allá,

se nutre de cada conversación

de cada idea filtrada por la razón.


Ella tendrá su visión del mundo,

sus expectativas, sus miedos,

caminará sola sufriendo miradas

machistas humillantes.


Despreciará la cómoda insensibilidad

ignorante o la tolerancia pasiva

de sus congéneres, luchará por su libertad

social y su idea de sí misma.


Deseará y será deseada en igualdad,

leerá e investigará los motivos seculares

de su yugo religioso y comunitario,

florecerá su sexualidad sin límites.


Ella continúa definiéndose cada hora,

en paralelo decenas de relatos la rozan

o llaman con insistencia: amante, asesina,

guardiana o directora de orquesta.


Llueve, todo se renueva, el peso

de las hojas de los árboles es incalculable,

camino sin paraguas, sostenido por la imagen

de mi personaje en busca de su relato.

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