Poema 247: Los límites de la niebla

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Los campos parecen verdes sembrados

desde la cremallera de la autovía,

pero es un trampantojo visual;

la bicicleta devuelve la realidad aumentada.

 

Un bidón de plástico en medio de un rastrojo

en pleno diciembre de tarde soleada

muestra la desidia agricultora de nuestro tiempo,

un festín para aves y roedores avispados.

 

El contorno de la niebla amenaza la tarde,

babas de buey, arena húmeda en el camino,

la ruta de los lavajos marcada por pezuñas de lobo,

mientras el sol curva y doblega nubes azuladas.

 

Una pared de adobes sin nada que sostener

recibe a la niebla que cae húmeda y opaca

como la sombra de una amante que te abandona,

el ocaso del ciclista anhelando el fuego del hogar.

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Poema 149: Vacaciones

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Las bandadas de palomas recorren el sembrado,

se alborotan al mínimo movimiento,

simulan una coreografía estudiada,

un ritmo imprevisible y estético.

 

Desaseado y familiar, vivo entre fantasmas,

amortizado mi tiempo, tan inseguro

como cuando era adolescente,

ha pasado un periodo que ya no reconozco.

 

Camino con fuerza lleno de contradicciones:

disfruto del ejercicio físico

pero quiero llegar ya, detenerme,

cuál parábola vital de deseos contrapuestos.

 

Los niños son un espectáculo hermoso y agotador,

energía en movimiento, luz y ruido

aletean incansables en cualquier entorno,

son alegría y cansancio y sostén.

 

Liquen de un amarillo intenso, yemas

a pesar del frío agudo, naturaleza y espectáculo

en las nubes y en los incipientes sembrados,

o en la niebla y los espectros del pasado.IMG_7839