Nuevo Orden
Los aplausos de las ventanas son ahora diurnos,
hay tanta luz que se ven los rostros antes anónimos,
han florecido los árboles y hemos cambiado de mes.
En las salidas de avituallamiento hay mascarillas,
guantes, distancia de seguridad,
y colas ordenadas a la puerta de los supermercados.
Se han parado las fábricas no esenciales,
mientras los muertos se disparan y los datos
muestran modelos matemáticos difíciles de encajar.
El tulipán se ha terminado de abrir,
los paseantes de perros son seres privilegiados
como algunos coches que escapan del confinamiento.
La vida se va a abrir paso entre los solitarios,
caminantes en busca de colores para sus ojos,
corredores ansiosos de sentir el sudor.
Todo el mundo se abrirá con precaución
como el azahar que teme a la helada,
como el caracol que se asoma desde su guarida espiral.
¡Quién sabe lo que cada cual echa en falta!
La belleza de un ser armonioso que despierta a la primavera,
o el bullicio de la calle con todo el comercio abierto.
El nuevo orden colocará al sanitario en la cúspide,
a las cajeras en un punto de heroicidad,
a los futbolistas en la nimiedad de un ocaso irrisorio.
