Poema 661: Vértigos

Vértigos

Los días se balancean de forma tenue

dejan de ser estáticos, irrelevantes

para transfigurarse en frenética oscilación.

La verticalidad es un lujo soberano:

fijas la vista y sigues corriendo,

despreocupado por las raíces u oquedades.

Dormir es un acto de rebeldía,

despertar es una lotería maximalista

mientras te acercas al espejo dictaminador.

La vida continúa, los nombres, los saludos,

los hitos en el camino laboral,

los premios nobeles que algún día no escucharás.

Ejercitas tus músculos sin perseverancia,

te aíslas de malos hábitos lecto-escritores,

cargas con pesos insoslayables en tu espalda.

Surgen consejos por doquier, sesudos o irrelevantes

difíciles de llevar a cabo en la vorágine vital

en el carácter que te acompaña desde siempre.

La inestabilidad es asumida como banal

por todo tu entorno y por ti mismo,

una molestia pasajera que no afecta a tu integridad.

Continúas escribiendo, corriendo, conversando,

meditas acerca de la levedad personal,

de un futuro incierto o desértico o vertiginoso,

mientras transcurren los soleados días de octubre.

Poema 589: Mañana serena de enero

Mañana serena de enero

Mañana serena de enero,

canta una urraca en el silencio del semáforo,

le responde otra desde Venezuela.

El canto poético no atraviesa las ondas,

demasiado tráfico en el espectro,

silencio de quienes podrían aportar algo.

El mundo se expande en drones, IAs,

ataques indiscriminados con efecto terror,

temor propagandístico en las noticias.

El río a su paso por Tudela es un espejo verde,

con leves ondulaciones superficiales

causadas por el vórtice natatorio de los patos.

Silencio. Aguas abajo se escucha el salto eléctrico,

el crujir de una rama al soltar su palomo.

Reaparece la política tras las vacaciones,

también ese conocimiento sistemático

de forma didáctica: ecuaciones, estructuras,

decenas de ojos lógico-matemáticos.

La suma de los graves estudios en estos días

alimentará la amplificación mental anunciada.

Todo el mundo hace predicciones pesimistas,

en este tiempo del conocimiento democrático.

¡Agoreros del mundo, escuchad el silencio!

¡El tiempo cíclico sepultará la levedad!