
El canto del mar
Lejos, en el itsmo de la playa
atisbo una mujer desnuda;
camina, se oculta en la cueva,
se baña, se seca al sol como una diosa.
El acceso es complicado,
subir y bajar por rocas húmedas,
resbaladizas, líquenes centenarios.
Comienza el año con una bajamar
como la que yo recordaba de antaño,
un día frío y ventoso, solitario,
en el mismo lugar, en el metaverso.
Canta el mar sobre las rocas,
en las que ella se oculta para vestirse
e integrarse, ya mortal, entre los caminantes.
La luz, el azul del cielo, todo coadyuva
para crear un idílico paraíso en la playa:
una cascada, reflejos, gaviotas planeando,
un hermoso perro que juega con las olas.
Didáctica, ha explicado a una pareja
el camino posible hasta la playa;
después ha continuado su ruta.
La imagino con una sonrisa en el rostro
tras la fusión natural con el mar
en estas primeras horas del nuevo año.
