En la burbuja
Los tejados llenos de antenas reflejan
el agua de la llovizna.
Hay un cielo gris precioso repleto de gradaciones.
El aire es húmedo y afilado.
La mujer del cuadro salió esta mañana a pasear.
Hay avispas revoloteando sobre los helados.
He visto unas siluetas conocidas pasar fugaces.
No hay molinos que absorban el viento,
los árboles no aciertan a retener en sus ramas
las voces de la naturaleza.
El sonido horrísono de los coches
acalla el murmullo de voces jóvenes en la noche.
No recuerdo ya los libros que hojeé en la librería,
ni el poema que he leído hace un rato.
El ambiente es eléctrico como en un fin del mundo.
Un personaje del libro me ha saludado atentamente:
fumaba en pipa y llevaba la bragueta desabrochada.
Ella pasa cada mañana con el mismo vestido;
nos indica si vamos tarde o no al colegio.
La vida es una suma de pequeñas oscilaciones sensoriales.




