La vida
La vida se distribuye en etapas y miedos,
en ciclos de duración diversa y paranoias,
en tics y afinidades mentales,
y se diluye en nostalgia y memoria.
Puedes imaginarte un día caminando
por la orilla de una playa azotada por el viento,
experimentar la levedad de tu figura
ante los embates de la galerna.
O sentir la fuerza muscular mientras pedaleas
sobre un camino de arena y piedras
que desemboca en el famoso puente de hierro
todo tu cuerpo en tensión vibrátil.
Y quizás un día amaneces cansado
y te preguntas por el sentido de tu vida
por quién te necesita o espera algo de ti,
por el hueco mínimo que dejarías en tu ausencia.
Entonces, algunos mecanismos cerebrales
pueden soltar sustancias en tropel,
una mezcla milagrosa que regula tu pensamiento,
que conecta con la maravilla vital de tu existencia.
El acceso a tu repositorio de imágenes hermosas
atrae sobre ti múltiples vínculos,
un juego competitivo de prioridades,
una suma de cariño y supervivencia esenciales.
