Déjà Vu
No has visto nada, solo eres un aroma de luz
en un desierto calcáreo.
El blanco de tu vida amenaza los ojos
de otros viandantes.
Caminas con el paso fuerte del que posee salud,
solo renqueas en la intimidad de la noche.
Una luna aún espeluznante, amarilla profunda
hacedora de sombras, es cómplice del viento.
Sopla sobre el decorado, mas tú sostienes inmóvil
la pose de la artista desnuda en su kimono.
Las velas no proporcionan ya sombras dinámicas,
penumbra y goce.


