Poema 363: Hastío

Hastío

En el hastío hay silencio

una nota de música es una gota de color

rojo en medio de una niebla pucelana,

el canto de un pájaro simultáneo

en los oídos cómplices de una pareja.

Respiras el aire filtrado de la ciudad

caminas y caminas, estación, cuarteles abandonados

tal vez te aventuras por la antigua judería

una hermosa casa muy simple

rodeada de toda la ciudad.

Ha dejado de interesarte el poema que lees

por una conversación en una mesa ajena,

qué crítica mordaz a la familia

cuánto desprecio en las palabras comadreadas,

un desahogo en medio de la nada.

Hay un rumbo débil hacia el que te diriges

dando rodeos, siguiendo hilos torpes

deslavazados, incompletos:

te detienes a comprar algo de comida

en el más triste de los supermercados vacíos.

Una ventana con luz y sin cortinas

es un acontecimiento que ilumina la tarde,

el libro al que te aferras te ancla al mundo

como si en él habitara el mejor de los regalos

y tal vez sí: la melodía agotada de una vida plena.

A la luz del día, ha desaparecido el árbol

que tanto te gustaba,

las máquinas, grúas, camiones, escriben sus rutinas,

caminos y tareas grises sin alma ni música ni olor,

solo en tus ojos cobra vida la trasparencia mundana.

Poema 353: Niebla nocturna

Niebla nocturna

El Pisuerga no es el Támesis

pero algunos días se le parece.

Las urracas dialogan ocultas

en lo alto de árboles pelados

semiocultas por la niebla.

El caminar es un lujo inseguro

lleno de percepciones:

humedad, frío, tinieblas,

una posibilidad magnífica

de que la mente juguetee con imágenes

difuminadas por conos de luz intangibles

que no llegan al suelo.

La bruma atrapa tu voluntad

y puede llevarla al borde del río;

allí debes engañarla con una foto

un trampantojo de tu realidad,

o dejarte seducir por la oscuridad

romántica de aguas hipotérmicas.

Huele al compostaje de hojas caídas,

al lodo del río que sube a la superficie.

El sonido de una carpa

se entromete en la intimidad de mis pensamientos.

Esta es una ciudad de nieblas,

de Tenorios representados cada noviembre,

cuna de actrices y actores;

bajo el puente una mujer susurra a su pareja

la pesadilla que soñó la noche anterior.

Poema 235: El tren fantasma

El tren fantasmaIMG_20171208_160817

La estación abandonada está repleta de gente,

llega el tren con un chirrido espeluznante

hierro sobre hierro en las vías oxidadas.

 

Nadie sabe hasta donde puede llegar esta vía,

miradas inertes, rostros famélicos en blanco y negro,

observas la escena como si estuvieras en un cine.

 

Estás en otra realidad espacio-temporal,

en el banco una pareja parece conversar animadamente,

todo alrededor tiene un color saludable.

 

Oyes el murmullo caminante de pies agotados,

huele a humo y suena un pitido estridente,

rien ne va plus, todo el mundo ha sido estabulado.

 

La pareja se besa furtivamente en el banco,

comienzan a caminar alejándose de la estación,

no ven ni oyen al tren fantasma alejarse pesadamente.

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