
Márgenes
Escribo desde la centralidad del sistema,
no en los márgenes ni en la periferia,
lejos de la montaña y la llanura,
esas que a veces me llaman
y a las que acudo desde mi privilegio
de hombre blanco hetero con estudios.
Acomodado en mi sofá se infiltran noticias de magnates
o desdichados paganos de la avaricia;
se entrelazan con avances científicos
o pequeñas joyas culturales no para cualquiera.
Fotografío la luna creciente o la puesta de sol abrileña
preludio de las mil lluvias del refrán,
escucho Pulchinella potenciando los graves,
mientras paseo la vista por docenas de libros
a cuál más fascinante y prometedor.
Casi en los márgenes he debatido sobre el miedo,
el temor, la preocupación, el efecto subjetivo
que las palabras producen en quien las recibe.
Mi subconsciente ha evaluado a un sospechoso:
forma, tamaño, volumen, actitud al caminar;
lo he ignorado al no considerarlo peligroso.
Hoy no he paseado ningún libro en la tarde calurosa,
he leído una inscripción en la Fuente de la Salud
sobre unas tropas francesas acantonadas allí
hace dos siglos y medio largos, sin continuidad de días,
y he caminado de vuelta a mi referencia hogareña.
Un cierre cíclico del deambular centrífugo,
el placer de estar clausurando la tarde poética.


