Poema 546: Invisibles

Invisibles

Hay quien escucha la palabra cooperación

y gira la cabeza alejándose

hacia las zonas más confortables de su espíritu:

ojos que no ven…

Y sin embargo cada cual puede aportar-modificar

su estilo satinado de vida,

bajar las expectativas, minorar el consumo,

otras políticas, otro uso del mismo dinero.

Hay ventanas que se abren inopinadamente:

una exposición muy personal de experiencias

en un salón perdido de un pueblo lejano;

una conversación al hilo de un viaje no turístico,

un documental comprometido, un libro o varios,

una fotografía de un basurero en Managua

o la más aséptica de unos granos de café en la plantación.

Dengue o Malaria, susto o muerte,

incesto, estupro, abusos viles con consentimiento social,

una frontera imposible entre resorts y ropa residual

volandera en un paisaje haitiano desolador.

Los niños serán adultos imitadores de su injusta infancia,

círculo vicioso, prolongada explotación

de blancos occidentales infelices con sus posesiones.

Llorar es un desahogo instantáneo,

concienciarse, formarse, cooperar,

expandir la salud y la dignidad

debería ser un consenso insoslayable universal.

Poema 518: Delhy viaja por el mundo

Delhy viaja por el mundo

Tras una exposición de Delhy Tejero en Valladolid

Me encontré inesperadamente con ella

en el museo Patio Herreriano:

maravilla, color, amplitud, conmoción.

Un guía experto detallaba pinceladas,

ideas, generosidad biográfica,

una mujer espléndida en su unicidad:

atravesó corrientes pictóricas, experimentó,

viajó, sorteó la guerra, se impregnó de cuanto observaba

desdibujó los horrores difuminados,

transitó entre el surrealismo y el cubismo,

llegó a la isla de Capri para dibujar las sirenas odiseicas.

La luz y el color estaban en sus viajes,

en los tipos marroquíes, en las callejas y el barro

de un paisaje que no ha cambiado tanto.

Delhy elegante y libre fue una flor de Castilla

una artista sublime en un tiempo incómodo,

inmortal viajera que habitó en los detalles.

Poema 240: El escritor

El escritorIMG_20191124_125205

Hay imágenes estáticas

y otras que juguetean en mi pobre memoria,

la ciudad cambia con la lluvia,

desaparecen las referencias de juventud.

 

Todo el mundo parece tener prisa,

camina con violencia,

indiferente al resto de transeúntes

o a la hermosura del otoño.

 

En la exposición hay sobre todo mujeres jóvenes,

también hombres mayores, bien vestidos,

es un hito cultural el centenario de su muerte,

el reconocimiento al genio trabajado que no cesa.

 

Está el retrato de Sorolla y su casa frente al mar;

en una película iniciática juguetea con su perro,

hay textos manuscritos y primeras ediciones,

fotos de sus veladas literarias y algún amor.

 

La vida de escritura prolífica dibujada

modifica un tanto mi percepción galdosiana,

la descripción de Emilia en sus cartas amorosas,

toda la influencia de su obra en el presente.

 

Salgo de allí inundado de luz y de ansia lectora,

observo extasiado la sonrisa de la gente,

antes de pisar las mismas calles, ya distintas,

que acogieron aquella multitud en su despedida.

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Poema 139: Griterío en una exposición social

Griterío en una exposición socialIMG_7299

Entro a la sala en penumbra, sin devoción

más preocupado de usar mi cámara

que de las obras expuestas

o del texto indispensable escrito en las paredes.

No estoy preparado,

pero atisbo belleza en los fragmentos escultóricos

que enfoco.

Hay corros de “connoisseurs”, de pseudocultos,

enterados, asiduos de exposiciones;

hay una profesora jubilada que se me acerca,

que explica con tecnicismos la policromía de la madera

a mi hija de siete años;

le agradezco el gesto y continúo captando el detalle.

Corretean los niños, atentos a sus juegos,

los adultos se afanan en conversaciones,

disparo aquí y allá sin flash.

Salgo de allí con sensación de irrelevancia,

alegre, no obstante, por mis fotografías

y por el ambiente distendido en tan adusta exposición.

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Poema 62: La Gran Odalisca

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    La Gran Odalisca

La piel luminosa, el escorzo obligado

para que los ojos incitantes te alcancen,

voluptuosidad, la caricia de las plumas:

antes, has visto dibujada a la modelo,

la postura natural, el cuerpo estilizado,

un estudio abierto a la imaginación

poderosa del artista. Después,

crecen las proporciones, invaden el cuadro,

ya es ficción absoluta. Y mito.

Observas embelesado la perfección

resultante, sopesas los pensamientos

inexistentes, el deseo, el placer soñado.

Entonces la magia de tu mente

la dota de movimiento, la insufla vida,

los ojos se mueven discreta y lentamente

en sus cuencas, las formas cobran volumen,

al fin las plumas tienen su uso

y los almohadones se deforman por el peso,

la piel es un imán sedoso, los músculos

se tensan y destensan, parece sonreír:

eres un cautivo espectador más,

subyugado por su belleza y erotismo.

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Poema 14: Sorolla, un cuadro y nueve estudios

Sorolla, un cuadro y nueve estudioscolón

Pasó el tiempo, del sueño, de la levitación

con apariencia de andar ligero

sobre calles mojadas por la lluvia,

limpias por primera vez de sí mismas.


Homenaje al trazo prolífico,

nueve estudios para un Colón aristocrático,

el dinero compra los despojos

de una guerra humillante.Nueva York Sorolla


Un tiempo vital escaso para el amor,

Central Park, un coche capta su atención

desde la ventana del Savoy.


Técnica, amante, edad despiadada

en la vanguardia de los tiempos,

perlas fulgentes, generosos escotes, luz blanquecina

un armiño se ajusta al cuerpo Real.


Me señalas un desnudo muy hermoso,

cuerpo de mujer, enfoque sensual,

de nuevo el deseo hecho materia, denso.


Los niños bañistas me gustan menos

que la hermosa muchacha que sale del agua

tapada de inmediato por un manto blanco.


Se ha bañado con un vestido de fino tul

que el agua ha ceñido a su pecho

y le deja un hombro al descubierto.


Varios cuadros se superponen en mi mente,

mas el apuesto Colón se enseñorea con su firme

porte junto al farol: ¡qué técnica, qué dobleces

de la túnica, qué mirada hacia el infinito!


La piel se me eriza por la comprensión

del movimiento en las diez escenas,

círculos concéntricos de aproximación

de búsqueda laboriosa de la perfección alcanzada.


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