Poema 469: Cosmología Cíclica Conforme (CCC)

Cosmología cíclica conforme (CCC)

El factor de conversión de la importancia propia

nos lleva a la insignificancia:

secuencia numerable de espacio-tiempos abiertos,

la multiplicidad del Cosmos.

Cada idea, cada mente, cada comunidad

son minúsculas bajo las ecuaciones de la relatividad;

un poema es un trozo de papel que se recicla,

una vida laboral es una deformación en el tiempo

que se desvanece paulatinamente.

Los ciclos cósmicos hinduistas carentes de ecuaciones

se acercaron a la complejidad de Penrose,

crearon el lenguaje y la ilusión del presente,

una forma de pensamiento no banal

capaz de relativizar la capacidad individual.

Las matemáticas muestran indicios cíclicos

en la observación de la radiación de fondo,

aún las pruebas son débiles indicios estadísticos,

el Big-Bang sería final y principio de universos enlazados.

El conocimiento de la superficie de la esfera

oculta un interior fisicomatemático de alto voltaje,

mucho más allá de la observación y la linealidad.

Solo una mirada poética o religiosa

habría adivinado ese eterno retorno de la materia,

el juego oscuro de energía y masa condensada.

Cada acto personal, es soslayable,

un juego romántico en medio de lo absoluto juanramoniano.

Observar y categorizar,

aplicar la lógica, las matemáticas y el caos,

ir siempre más allá,

nos hace elevarnos levemente desde el apego a la tierra,

nos endiosa cual minúscules seres efímeros,

vidas humildes, actos nimios y, sin embargo,

llenos de toda la belleza que podemos atesorar.

Poema 453: Una bomba de información

Una bomba de información

Una bomba de información, destellos

de inteligencia, de ética, de venganza,

el teatro de las emociones,

sexo, integridad, subordinación,

toda la ciencia al servicio de un objetivo:

ecuaciones, ideas, explosiones,

cierta integridad y la vida que pasa.

No se rompió nada y los agoreros

llenos de voces y sin complejo de ignorancia

siguen gritando al paso de las cabalgaduras.

Cierta toxicidad por acercamiento

acecha en cada una de las profesiones,

también el barrido de todas las emociones,

lo conveniente serio y la risa inconveniente,

la lujuria y la aparente pasividad desganada.

En estos días de julio resurge la luz,

pareciera que ciertos finales felices son posibles

en el espectro cinematográfico;

tiempo de música y películas y algunas lecturas,

el conocimiento y la pasión en la misma cesta,

la risa, la alegría contenida, el silencio

sobresalen entre la multitud caótica y democrática.

La euforia estadística se desató antes de tiempo,

lo justo para que la luz alumbrase la necedad,

el vacío informe del teatro de marionetas

en la que una suma de ventrílocuos

desacompasaron los movimientos del muñeco.

Los hitos de una vida se escriben al vuelo:

un surrealista solo de trompeta,

el vuelo en globo que siempre quisiste hacer

o el viaje a ninguna parte en bicicleta

en los albores del verano por tierras despobladas.

No hay nada nuevo en este rincón del universo.

Poema 355: Las texturas del cielo y las grúas

Las texturas del cielo y las grúas

Las texturas del cielo y las grúas

esconden el poco campo que veía día tras día,

cuando estuvimos confinados.

La bondad a veces está tan lejos

como la belleza.

La fórmula de la ecuación de grado tres

con elegantes cambios de variable

es una pequeña maravilla de Cardano y Tartaglia

a la que vuelvo cada veinte años.

El algoritmo anunció hace días que iba a llover,

cosa que no ocurrió.

Pasea una pareja casi sin hablar,

no hay risas y las cabezas apagadas miran al suelo.

Les importará un carajo Galois o Abel,

la escasa vida de que disfrutaron,

el monumental legado de sus mentes polinómicas.

Observo pasar patinetes eléctricos por el carril bici

como en una escena distópica de Blade Runner:

velocidad e impersonalidad, y silencio.

Las ecuaciones han cambiado el desplazamiento

y la aceleración,

ahora todo es tocar una pantalla y acceder al conocimiento

aunque también al pánico irracional

desatado por mediocres periodistas.

La niebla cálida produce una visión mágica del puente,

es el contacto con la realidad resbaladiza.

Poema 211: Hotel Kastro

Hotel Kastrohotel kastro 2_3 (1)

En el hotel Kastro viví unas semanas;

en aquellos días parecía estudiar

ecuaciones controlables con un parámetro,

mientras leía unas Flores de Cunqueiro.

 

Al atardecer musitaba frases en la soledad

de la fortaleza veneciana

acariciada por las olas.

Melancolía.

 

Aún no lo sabía pero aquellas palabras

eran poemas no escritos,

era el perfil rocoso de las montañas de Creta,

la luz del Mediterráneo

el peso solemne de la Historia en mi cráneo.

 

Vivía en un cuarto modesto con ducha,

frente a la habitación compartida

de mis amigas francesas:

Dominique, Florence, Pascale,

bellas y utópicas en su lengua natal.

 

El palacio de Knossos distaba una línea de bus,

la magia del trono,

los delfines en frescos, las salas en pie,

el minotauro poderoso de inusitada potencia

me hacían soñar con viajes futuros.

 

No he vuelto a la isla,

ni a la vida de aquellas chicas francesas

con las que no supe ligar;

el hotel me despidió en la salida del ferry

mientras la fortaleza refulgía por el sol.

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