Poema 464: El lento amanecer

El lento amanecer

Un día a la semana, –los viernes–

me es dado contemplar el amanecer,

la lenta conversión de la luz,

violeta, anaranjada, azul,

la magia tantas veces sentida,

el frescor en medio de este veranillo.

Acontece en mi interior.

Paso semanas rutinarias, oscuras,

un peso en medio de mi equilibrio,

dados que se lanzan para decidir

cada pequeño acto, ya montaña,

bifurcaciones inevitables y consuetudinarias.

Amanece tras un abrazo,

o una espiritualidad en forma de mensaje,

lento, emocionante, lágrimas y renacimiento.

Se consolida el día en una cópula de luz,

vibrante, calurosa, cariñosa,

el apego a la vida,

el ansia desmesurada de disfrutar hoy, ahora.

La piel absorbe la luz como absorbe los besos,

siente la emoción primigenia,

guarda un impactante silencio.

El juego lumínico y la voz en directo

que susurra Moon River con una guitarra,

acaban de inaugurar la hermosura del día.