Las líneas de la felicidad
Las líneas de la felicidad son débiles,
nada dura más allá del instante o la sensación.
Puedes etiquetarte en un estado emocional satisfactorio
capaz de ocultar los problemas estructurales subyacentes,
cual capa de tierra superficial que se lleva el viento.
Vuelve la arena, el simún del desierto
descubre tu carne viva, la zurce y desgarra.
Hay días sin augurio ni horizonte.
Esperas pacientemente, te distraes con un pájaro
o lees más desgarro y más dolor.
El equilibrio tarde en regresar, te desequilibras aún más.
Las líneas de la felicidad pierden peso,
se difuminan en una puesta de sol bellísima,
en el cálido atardecer de junio, tan ansiado.
La vida pasa y no te espera.
