Velocidad de la luz

Viajar,
¿tú dónde irías?
¿Dónde te ha gustado más?
¿Un paisaje o una catedral,
un objeto de museo,
una emoción subjetiva
o el reconocimiento universal
de la belleza y la magnitud?
Viajas a la velocidad de la luz
en tu mente, en mi mente,
viajo a una emoción en un instante,
a una sensación o un olor,
a las puestas de sol
en el perfil rocoso de Creta
desde la fortaleza veneciana.
Viajas a los ojos de jade
de una figura animal,
a una playa pedregosa y solitaria,
quizás nudista, sol y calor,
un mundo predispuesto
a aparecer en tu sueño.
Viajas en la lentitud enorme
de tus reflejos y reflexiones,
vórtice en el tiempo,
desde isla Mauricio
a las playas cálidas de Puket.
Viajas de un museo a otro,
de una capital atestada de turistas
a la Venecia dieciochesca,
del deseo de visitar Samarkanda
a la luz de Cacilhas frente a Lisboa,
de los Jerónimos a Lanzarote.
Highlands, fiordos, auroras boreales
en el norte,
calor y luz en el sur,
playas y mar,
cultura, una maravilla de la antigüedad,
sal y cocina mediterránea,
todo cabe en el ansia imaginativa.
Eres tú el viaje y tú la velocidad,
versos de La Ciudad de Cavafis,
en ti está la esperanza y la ilusión,
nada existe más allá de tu imagen mental,
ora recuerdo, ora deseo,
eres tú y tu poderosa mente viajera en fusión.
