Poema 641: Saudade

Saudade

La saudade la proporciona el clima atlántico,

un cierto agotamiento ante la resistencia,

quizás los referentes románticos literarios

o la belleza que se diluye lentamente en el mar.

Cuando se apodera de un espíritu lo anega;

intentas sacudírtela con música o literatura,

impregnado de ella te vuelves solitario y recóndito

mas se retroalimenta de la propia belleza artística.

En otras latitudes amanece con otros nombres,

deja también rastros artísticos muy emotivos

aunque no tiene el arraigo portugués:

quizás sea la sonoridad del idioma

o la historia lusa o el abolengo poético.

El año de la muerte de Ricardo Reis

es la cumbre literaria más cercana al epicentro:

conoce a todos sus ascendientes, les rinde homenaje,

también a Antero de Quental que se inmoló en esta isla.

San Miguel es un lugar bellísimo y cambiante,

próspero e incipientemente turístico,

una isla en la que la meditación te anega

como la lluvia fina que inesperadamente te empapa.

La saudade puede aturdirte y zombificarte,

puede rozarte y transportarte a goces sublimes

a un estado del alma en carne viva

cercano a una divinidad limitada y condicionada.

Poema 585: Parthénope

Parthénope

Verano de juventud y deseo,

cine que muestra y oculta e indica

retazos de gran belleza.

Tempus fugit, el mar,

nació en el mar como la sirena odiseica,

agua y frente a la belleza y el trampantojo

de una opulencia palaciega, de la iglesia rococó,

la humildad semioculta de la miseria:

un traveling veloz entre deformes,

desamparados luces azules y prostitutas,

el capo que cree conseguir un instante

de la mítica belleza,

un Maradona que reparte caridad

a cambio de la aclamación populista.

Las joyas de la iglesia relumbran

sobre el cuerpo magnífico de la Parténope mística,

su voluntad, su estética antropológica,

el deseo que traspasa la pantalla:

es mi secuencia favorita–,

también la mía-.

La muerte se llevó la hermosura y la alegría

de los ojos, de las vidas ausentes,

creó la belleza austera, palimpséstica y onírica.

Nápoles es milagrosa y horrenda,

bellísima y oscura, luminosa y cruel,

es endogámica y eufórica en sus mitos.

En descifrar los detalles está la oculta perversión,

también el homenaje y la autorreferencia.

Al salir, la niebla lo empapa todo.

Poema 327: La tierra de los muertos

La tierra de los muertos

La tierra de los muertos es muy fértil,

allí procrean todo tipo de criaturas,

crecen verduras y hortalizas

al socaire del riego sanguinario.

Quien piensa en la muerte cada día

encontrará al final su recompensa,

ella dejó escrito en su suicidio

la fija presencia de lo oscuro.

En días melancólicos imaginas

cada metro cuadrado de una guerra,

murallas enfebrecidas por los gritos,

el sacrificio de la piel, piedra a piedra.

Allí donde los arietes fracasaron

yace una semilla nutritiva,

allí genio, maldad y adrenalina

tuvieron su jornada vespertina.

En aquellas tapias murieron olvidados

recitando sus versos a la aurora

dejando cadáveres con plomo y saña

hoy pastos de hermosura renovada.

Ningún lugar es tan sagrado

como el suelo que hollaron tus ancestros

miedo, amor, luz de ojos agotada,

todos sus recuerdos olvidados.