Poema 300: Mis hijos

Mis hijos

Todavía puedo verme en los ojos de mis hijos,

inquietos burlones, ilusionados,

pletóricos de pequeñas tonterías

atentos al lenguaje desaforado e irónico.

Pasará esta unidad, el tiempo de la protección,

de la calma familiar ante la pandemia,

días en los que la muerte de Maradona

parece la única noticia que oscurece el ocaso del sol.

Ulises sigue vivo y su vuelta a Ítaca

consigue captar la atención de los niños

durante el relato hiperbólico y desenfrenado

fruto de la mala memoria y de la improvisación.

Diego Armando Maradona no era de su tiempo,

no aparece ya en sus cromos, ni en su Olimpo,

la edad de las mitificaciones parece haberse consumido

tras las derrotas democráticas de los populistas.

No sé quien soy. Cada día me reinvento

sin perder toda la predictibilidad de mis hijos,

me asomo al espejo sonriendo tranquilo,

soportando los crujidos corporales del tiempo.

La serie Gambito de Dama me hizo llorar de emoción,

abrió la compuerta para mover las piezas

sobre un tablero del que nunca me alejé del todo;

hoy, bajo demanda infantil, vuelvo a jugar con ellos.

Cada día me sorprendo por las habilidades que han adquirido,

música, estrategia en los juegos de mesa,

idiomas, lógica social, sutilezas del lenguaje,

un desarrollo exponencial del conocimiento.

Mi vida es una doble hélice con ellos,

a veces mi cara opuesta se aleja sin alejarse

cual goma elástica que vibra en la tensión

diluida en cada abrazo de buenas noches.

Poema 176: El cielo fractal

El cielo fractalCaptura de pantalla 2018-07-13 a las 21.54.45

El cielo tiene el porte de un fractal,

las nubes simulan el contorno del mar del Norte,

unos caballeros ancianos se juegan a las cartas

yacer con la mujer de Lot,

aún dulce.

 

Si una mujer hubiera escrito la historia,

habría una diosa justa,

no furibunda, llena de testosterona,

Lot no sería una estatua por su curiosidad natural,

atributo ya sempiterno de los hombres.

 

El puzle celeste bien podría montarse de otro modo,

sin dominación, ni uso, ni servidumbre por la guerra,

el lenguaje para designar la compleja estructura

sería más rico e inclusivo,

Mandelbrot de contornos afilados,

conceptos sutiles adaptados a la voz de la divinidad.

 

¿Qué dimensión alcanza el fractal celeste?

¿Cuántas brujas quemadas en la hoguera?

 

El trabajo de la igualdad a posteriori es casi infinito.

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