Un día te quitas las gafas
Un día te quitas las gafas
y ves un cielo lleno de nubes,
las luces de las farolas al atardecer
son enormes puntos difusos brillantes,
la luna es una mancha
de imposible descripción geométrica.
Eres un inválido en medio del parque,
los árboles son fantasmas y las personas
no tienen contorno, solo movimiento.
La belleza de los colores otoñales es insufrible,
Impresionismo en estado primigenio,
colores puros, algo de lluvia en mi rostro,
mágica percepción de pequeñas pinceladas.
No subsistirías en ese mundo borroso,
quizás necesitaras un lazarillo y mucho ingenio,
o te desprenderías de servidumbres tecnológicas;
la fealdad del asfalto sería un recuerdo
y el tacto de las cosas cobraría vida.
Te acercas a un tronco verdoso,
recuerdas que el musgo de la corteza indica el norte,
pasas la mano por la rugosidad del tronco
tratas de fusionarte con el árbol,
los asteriscos de luz y color del entorno se difuminan,
alcanzas un instante de paz y levedad.
