Poema 543: El museo

El museo

Un oasis incluso en un pueblo que rezuma cultura:

ha conservado su barrio judío,

organiza jornadas culturales y conciertos,

y mantiene una espléndida biblioteca y algunas librerías.

El museo Pérez Comendador-Leroux

ocupa un hermoso palacio bisecular,

se abre a un jardín romántico con cenador

un lugar de reposo idílico para leer

al pie de una fuente cantarina sobre una pilastra.

Recordaba de visitas anteriores el lugar

como un homenaje casi exclusivo al gran hombre,

escultor prolífico de desnudos, conquistadores y santos.

La grata sorpresa fue la integración en igualdad

de la pintura de Madeleine Leroux:

ya no es musa y esposa, sino gran pintora de viajes,

detallista magnífica, artista revalorizada.

Entre desnudos escultóricos bellísimos

y figuras ciclópeas y colosales de Enrique

se abre paso un delicado autorretrato de Madeleine

por cuya voluntad, trabajo y tesón se abre este museo,

lugar de encuentro y comunión y diálogo

de las obras de estos dos grandes artistas.