Flores
En el atrio de la modernidad
las letraheridas van sonrojándose,
algunos tatuajes brillan en la piel
aún indemne por los daños del tiempo.
En el arco de la luz de junio
sacan todos sus vestidos al césped,
recitan poemas que no entienden,
versan la carnalidad en un susurro.
En la terraza de verano
el dinero se alía con colores y banderas,
flotan en el aire los deseos no cumplidos,
las trincheras cavadas en el lujo.
Una ola de estupor desconocida,
cambia la mezcla de color en las pupilas,
desencadena sonrisas y arrumacos
rotos todos los frenos y preámbulos.
En el atrio de la modernidad
insulsos contendientes reposan alineados,
observan las flores exquisitas
abiertas por la luz de un bello día.
