
Abrimos las nubes
Abrimos las nubes
en la mañana disfrazada de rock,
en el antro-centro del saber,
aún resonando Kant en los oídos adolescentes.
Hordas de coreógrafos, de cuerpo de baile,
atenta la mirada al cielo, risa y diversión,
redes sociales afilando sus colmillos,
y la letra acompasada al dinero para nada.
Llueve a mares y la lluvia es una forma de memoria.
Tres edades saltan al unísono en ritmos y letras
que solo ellos entienden.
El diluvio opaca las olimpiadas y el billar,
riega los claveles y churretea los rostros
enmarcados en tanto trabajo.
Las miradas se cruzan ya satisfechas:
recordaremos el carnaval pasado por la lluvia.
