
Contactos
La vida pasa a la velocidad de la amistad,
de los contactos presentes o pasados:
los indicadores de la levedad son invisibles
salvo para el ojo reflexivo de la consciencia.
¿En qué momento se bifurcaron los caminos?
¿Cuánta intimidad depositaste en otra alma?
El cerebro rellena los huecos vitales cortilargos,
traza líneas rectas en los olvidos,
cataloga las ausencias como insignificantes
o dota de gravidez y envergadura
aquella unión mística coincidente en la risa,
en la profundidad introspectiva del diálogo,
mitificando todos los aspectos incógnitos
en busca de un equilibrio imposible en la presencia.
El ritmo de tu vida deja atrás en las aceras
a viandantes tan queridos o admirados o locos como tú
que quisieron demorarse en otras artes,
o cuyas elecciones bifurcaron la comunión de un instante.
Hay presencias impuestas que acceden a un núcleo
de forma temporal o perpetua,
eventualidades, circunstancias, suma de intereses
pero también alianzas óptimas o espurias.
El observador cenital, divinidad o privilegio,
observará una coreografía infiel y evolutiva,
saltos cuánticos, apegos feroces y desengaños,
un lapso veloz de puntos bidimensionales
cuyos dibujos sobre el tapiz terrestre
definen la variedad multiforme de la vida.
