Matemáticas
Una lección de matemáticas:
conceptos frente al cálculo gris,
el cómputo de cifras que nada significan.
Búsqueda de la lógica, inutilidad,
tras la enorme complejidad teórica
para un aspirante a ingeniero.
Confórmate con el final del proceso
el algoritmo simple sin apenas decisiones,
la banalidad de una fórmula,
y, ¡Eureka!, la potencia de un resultado
incuestionable y con apariencia de veracidad.
Cada día se sostiene en un complicado
equilibrio de lógica y esperanza;
la mente racional juega a ocultar lo inasequible,
a disfrazarlo de banalidad.
Te asomas a una puerta poética
y dejas que tus ideas se contaminen
y expandan por entre unos versos
traducidos, viajeros y sugerentes
del aspirante nórdico a Cavafis.
Ahí encuentras muchas verdades
y un tono vital alejado de la decepción
que sientes al fracasar tus poemas
o tus relatos, caminantes sin éxito
por un concurso que otrora te estimulaba.
Las matemáticas son un placer en sí mismas
patrones, atajos, procedimientos,
la facilidad para encuadrar decisiones,
el ritmo vital presente en el balance
de tu neurocórtex con tus sentimientos
sensaciones guiadas por el difícil
razonamiento geométrico.
Nada se te pone por delante: ni peligro, ni erudición;
consciente de que la gracilidad te abandona
admiras y valoras el respeto juvenil,
el tesoro de la vida sonriente por delante.
Estabilidad madura, placer inusitado
de todos tus sentidos, recompensa y puente
hacia la serenidad matemática del pensamiento.
