Poema 641: Saudade

Saudade

La saudade la proporciona el clima atlántico,

un cierto agotamiento ante la resistencia,

quizás los referentes románticos literarios

o la belleza que se diluye lentamente en el mar.

Cuando se apodera de un espíritu lo anega;

intentas sacudírtela con música o literatura,

impregnado de ella te vuelves solitario y recóndito

mas se retroalimenta de la propia belleza artística.

En otras latitudes amanece con otros nombres,

deja también rastros artísticos muy emotivos

aunque no tiene el arraigo portugués:

quizás sea la sonoridad del idioma

o la historia lusa o el abolengo poético.

El año de la muerte de Ricardo Reis

es la cumbre literaria más cercana al epicentro:

conoce a todos sus ascendientes, les rinde homenaje,

también a Antero de Quental que se inmoló en esta isla.

San Miguel es un lugar bellísimo y cambiante,

próspero e incipientemente turístico,

una isla en la que la meditación te anega

como la lluvia fina que inesperadamente te empapa.

La saudade puede aturdirte y zombificarte,

puede rozarte y transportarte a goces sublimes

a un estado del alma en carne viva

cercano a una divinidad limitada y condicionada.